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Génesis 32:24–32

24 Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con éla hasta rayar el alba.

25 Cuando vio que no había prevalecido contra Jacob1, lo tocó en la coyuntura del muslo, y se dislocó la coyuntura del muslo de Jacob mientras luchaba con él.

26 Entonces el hombre dijo: Suéltame porque raya el alba. Pero Jacob respondió: No te soltaré si no me bendicesa.

27 Y él le dijo: ¿Cómo te llamas? Y él respondió: Jacob.

28 Y el hombre dijo: Ya no será tu nombre Jacob, sino Israel1a, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has prevalecido.

29 Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Dame a conocer ahora tu nombre. Pero él respondió: ¿Para qué preguntas por mi nombrea? Y lo bendijo allí.

30 Y Jacob le puso a aquel lugar el nombre de Peniel1, porque dijo: He visto a Dios cara a cara, y ha sido preservada mi vida2a.

31 Y le salió el sol al cruzar Peniela, y cojeaba de su muslo.

32 Por eso, hasta hoy, los hijos de Israel no comen el tendón de la cadera que está en la coyuntura del muslo, porque el hombre tocó la coyuntura del muslo de Jacob en el tendón de la cadera.

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