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Gálatas 3:15–18

La promesa, y el propósito de la ley

15 Hermanosa, hablo en términos humanos1b: un pacto, aunque sea humano2c, una vez ratificado nadie lo invalida ni le añade condiciones.

16 Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abraham y a su descendencia1a. No dice: y a las descendencias2, como refiriéndose a muchas, sino más bien a una: y a tu descendenciab, es decir, Cristo.

17 Lo que digo es esto: La ley, que vino cuatrocientos treinta añosa más tarde, no invalida un pacto ratificado anteriormente por Dios, como para anular la promesa.

18 Porque si la herencia depende1 de la ley, ya no depende1 de una promesaa; pero Dios se la concedió a Abraham por medio de una promesab.

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