Exodus 4:1–9
Moisés respondió, y dijo: ¿Y si no me creen, ni escuchan mi voza? Porque quizá digan: «No se te ha aparecido el Señorb».
2 Y el Señor le dijo: ¿Qué es eso que tienes en la mano? Y él respondió: Una varaa.
3 Entonces Él dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra y se convirtió en una serpientea; y Moisés huyó de ella.
4 Pero el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano y agárrala por la cola. Y él extendió la mano, la agarró, y se volvió vara en su mano1.
5 Por esto creerán que se te ha aparecido el Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacoba.
6 Y añadió el Señor: Ahora mete la mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno, y cuando la sacó, he aquí, su mano estaba leprosa, blanca como la nievea.
7 Entonces Él dijo: Vuelve a meter la mano en tu seno. Y él volvió a meter la mano en su seno, y cuando la sacó de su seno, he aquí, se había vuelto como el resto de su carnea.
8 Y acontecerá que si no te creen, ni obedecen el testimonio1 de la primera señal, quizá crean el testimonio2 de la segunda3 señal.
9 Y sucederá que si todavía no creen estas dos señales, ni escuchan tu voz, entonces tomarás agua del Nilo y la derramarás sobre la tierra seca; y el agua que tomes del Nilo se convertirá en sangre sobre la tierra secaa.