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Eclesiastés 5:1–7

Vanidad de las palabras

1Guarda tus pasos cuando vas a la casa de Diosa, y acércate a escuchar en vez de ofrecer el sacrificio de los neciosb, porque estos no saben que hacen el mal.

2 1No te des prisa en hablar2a,

ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios.

Porque Dios está en el cielo y tú en la tierra;

por tanto sean pocas tus palabrasb.

3 Porque los sueños vienen1 de la mucha tarea,

y la voz del necio de las muchas palabrasa.

4 Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque Él no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmpleloa.

5 Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplasa.

6 No permitas que tu boca te haga pecar1, y no digas delante del mensajero de Dios que fue un errora. ¿Por qué ha de enojarse Dios a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos?

7 Porque en los muchos sueños y en las muchas palabras hay vanidades; tú, sin embargo, teme1 a Diosa.

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