1 Pedro 2:4–8
4 Y viniendo a Él como a una piedra viva, desechada por los hombresa, pero escogida y preciosa delante de Dios,
5 también vosotrosa, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritualb para un sacerdocio santoc, para ofrecer sacrificios espiritualesd aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
6 Pues esto se encuentra1 en la Escritura2:
He aquí, pongo en Sión una piedra escogida, una preciosa piedra angulara,
y el que crea en Él no será avergonzadob.
7 Este precioso valor es, pues, para vosotros los que creéis; pero para los que no creena,
La piedra que desecharon los constructores,
esa, en piedra angular1b se ha convertido,
piedra de tropiezo y roca de escandaloa;
pues ellos tropiezanb porque son desobedientes a la palabra, y para ello estaban también destinadosc.