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1 Corintios 12–14

Capitulo 12

Los dones espirituales

En cuanto a los dones espiritualesa, no quiero, hermanos, que seáis ignorantesb.

2 Sabéis que cuando erais paganos1a, de una manera u otra erais arrastrados hacia los ídolos mudosb.

3 Por tanto, os hago saber que nadie hablando por1 el Espíritu de Dios, dice: Jesús es anatema2a; y nadie puede decir: Jesús es el Señorb, excepto por1 el Espíritu Santoc.

Diversidad y unidad de los dones

4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismoa.

5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.

6 Y hay diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios el que hace todas las cosas en todosa.

7 Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien comúna.

8 Pues a uno le es dada palabra de sabiduríaa por el Espíritu; a otro, palabra de conocimientob según el mismo Espíritu;

9 a otro, fea por1 el mismo Espíritu; a otro, dones de sanidad2b por1 el único Espíritu;

10 a otro, poder de milagros1a; a otro, profecíab; a otro, discernimiento2 de espíritusc; a otro, diversas clases de lenguasd, y a otro, interpretación de lenguase.

11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, distribuyendo individualmente a cada uno según la voluntad de Éla.

La iglesia, cuerpo de Cristo

12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpoa, así también es Cristob.

13 Pues por1 un mismo Espíritua todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libresb, y a todos se nos dio a beber2 del mismo Espírituc.

14 Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchosa.

15 Si el pie dijera: Porque no soy mano, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo.

16 Y si el oído dijera: Porque no soy ojo, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo.

17 Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del1 oído? Si todo fuera oído, ¿qué sería del1 olfato?

18 Ahora bien, Dios ha colocadoa a cada uno de los miembros1 en el cuerpo según le agradób.

19 Y si todos fueran un solo miembro, ¿qué sería del1 cuerpo?

20 Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpoa.

21 Y el ojo no puede decir a la mano: No te necesito; ni tampoco la cabeza a los pies: No os necesito.

22 Por el contrario, la verdad es que los miembros1 del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios;

23 y las partes del cuerpo que estimamos1 menos honrosas, a estas las vestimos con2 más honra; de manera que las partes que consideramos más íntimas3, reciben un trato más honroso,

24 ya que nuestras partes presentables no lo necesitan. Mas así formó1 Dios el cuerpo, dando mayor honra a la parte que carecía de ella,

25 a fin de que en el cuerpo no haya división1, sino que los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros.

26 Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado1, todos los miembros se regocijan con él.

27 Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristoa, y cada uno individualmente un miembro de élb.

28 Y en la iglesiaa, Dios ha designado1b: primeramente, apóstolesc; en segundo lugar, profetasd; en tercer lugar, maestrose; luego, milagros2f; después, dones de sanidad3g, ayudas, administracionesh, diversas clases de lenguasi.

29 ¿Acaso son todos apóstoles? ¿Acaso son todos profetas? ¿Acaso son todos maestros? ¿Acaso son todos obradores de milagros1?

30 ¿Acaso tienen todos dones de sanidad1? ¿Acaso hablan todos en lenguas? ¿Acaso interpretan todosa?

31 Mas desead ardientemente los mejores donesa.

¶Y aún yo os muestro un camino más excelente.

Capitulo 13

Excelencia del amor

Si yo hablara lenguas humanasa y angélicasb, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñec.

2 Y si tuviera el don de profecíaa, y entendiera todos los misteriosb y todo conocimientoc, y si tuviera toda la fed como para trasladar montañase, pero no tengo amor, nada soy.

3 Y si diera todos mis bienesa para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado1b, pero no tengo amor, de nada me aprovecha.

4 El amor es paciente, es bondadoso1a; el amor no tiene envidia2b; el amor no es jactancioso, no es arrogantec;

5 no se porta indecorosamente; no busca lo suyoa, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibidob;

6 no se regocija de la injusticiaa, sino que se alegra con la verdadb;

7 todo lo sufre1, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soportaa.

8 El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía1a, se acabarán; si hay lenguasb, cesarán; si hay conocimiento, se acabará.

9 Porque en parte conocemosa, y en parte profetizamos;

10 pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará.

11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.

12 Porque ahora vemos por un espejo, veladamente1a, pero entonces veremos cara a carab; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocidoc.

13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amora.

Capitulo 14

Superioridad del don de profecía

Procurad alcanzar el amora; pero también desead ardientemente los dones espiritualesb, sobre todo que profeticéisc.

2 Porque el que habla en lenguas1a no habla a los hombres, sino a Dios, pues nadie lo entiende2, sino que en su espíritu3 habla misteriosb.

3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificacióna, exhortación y consolaciónb.

4 El que habla en lenguasa, a sí mismo se edifica, pero el que profetizab edifica a la iglesiac.

5 Yo quisiera que todos hablarais en lenguasa, pero aún más, que profetizaraisb; pues el que profetiza es superior al que habla en lenguas, a menos de que las interprete para que la iglesia reciba edificaciónc.

6 Ahora bien, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿de qué provecho os seré a menos de que os hable por medio de revelacióna, o de conocimientob, o de profecíac, o de enseñanzad?

7 Aun las cosas inanimadas, como la flauta o el arpa, al producir un sonido, si no dan con distinción los sonidos, ¿cómo se sabrá lo que se toca en la flauta o en el arpa?

8 Porque si la trompeta da un sonido incierto, ¿quién se preparará para la batallaa?

9 Así también vosotros, a menos de que con la boca1 pronunciéis palabras inteligibles, ¿cómo se sabrá lo que decís2? Pues hablaréis al airea.

10 Hay, quizás, muchas variedades de idiomas1 en el mundo, y ninguno carece de significado.

11 Pues si yo no sé el significado1 de las palabras2, seré para el que habla un extranjero3a, y el que habla será un extranjero3 para mí4.

12 Así también vosotros, puesto que anheláis dones espirituales1, procurad abundar en ellos para la edificación de la iglesiaa.

13 Por tanto, el que habla en lenguas, pida en oración para que pueda interpretar.

14 Porque si yo oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento1 queda sin fruto.

15 Entonces ¿quéa? Oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento1; cantaréb con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento1.

16 De otra manera, si bendices solo en1 el espíritu, ¿cómo dirá el Aména a tu acción de graciasb el que ocupa el lugar del que no tiene ese don2, puesto que no sabe lo que dices?

17 Porque tú das gracias bien, pero el otro no es edificadoa.

18 Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros;

19 sin embargo, en la iglesia prefiero1 hablar cinco palabras con mi entendimiento2, para instruir también a otros, antes que diez mil palabras en lenguas.

20 Hermanosa, no seáis niños en la manera de pensarb; más bien, sed niñosc en la malicia, pero en la manera de pensar sed maduros.

21 En la leya está escrito: Por hombres de lenguas extrañas y por boca1 de extraños hablaré a este pueblo, y ni aun así me escucharánb, dice el Señor.

22 Así que las lenguas son una señal, no para los que creen, sino para los incrédulos; pero la profecíaa es una señal, no para los incrédulos, sino para los creyentes.

23 Por tanto, si toda la iglesia se reúne y todos hablan en lenguas, y entran algunos sin ese don o incrédulos, ¿no dirán que estáis locosa?

24 Pero si todos profetizana, y entra un incrédulo, o uno sin ese don, por todos será1 convencidob, por todos será1 juzgado;

25 los secretos de su corazón quedarán al descubierto, y él se postraráa y adorará a Dios, declarando que en verdad Dios está entre vosotrosb.

El orden en los cultos

26 ¿Quéa hay que hacer, pues, hermanosb? Cuando os reunís, cada cual aporte1 salmoc, enseñanza, revelaciónd, lenguase o interpretaciónf. Que todo se haga para edificacióng.

27 Si alguno habla en lenguasa, que hablen dos, o a lo más tres, y por turno, y que uno interpreteb;

28 pero si no hay intérprete, que guarde silencio en la iglesia y que hable para sí y para Dios.

29 Y que dos o tres profetasa hablen, y los demás juzguenb.

30 Pero si a otro que está sentado le es revelado algo, el primero calle.

31 Porque todos podéis profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados.

32 Los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;

33 porque Dios no es Dios de confusióna, sino de paz, como en todas las iglesiasb de los santosc.

34 Las mujeres1a guarden silencio en las iglesias, porque no les es permitido hablar, antes bien, que se sujetenb como dice también la leyc.

35 Y si quieren aprender algo, que pregunten a sus propios maridos en casa; porque no es correcto1 que la mujer hable en la iglesia.

36 ¿Acaso la palabra de Dios salió de vosotros, o solo a vosotros ha llegado?

37 Si alguno piensa que es profeta o espirituala, reconozcab que lo que os escribo es mandamiento del Señorc.

38 Pero si alguno no reconoce esto, él no es reconocido1.

39 Por tanto, hermanos míos, anhelada el profetizarb, y no prohibáis hablar en lenguas.

40 Pero que todo se haga decentemente y con ordena.

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