Salmo de David, cuando fingió estar demente ante Abimélec, por lo cual éste lo arrojó de su presencia.
Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo;
mis labios siempre lo alabarán.
Mi alma se gloría en el SEÑOR;
lo oirán los humildes y se alegrarán.
Engrandezcan al SEÑOR conmigo;
exaltemos a una su nombre.
Busqué al SEÑOR, y él me respondió;
me libró de todos mis temores.
Radiantes están los que a él acuden;
jamás su rostro se cubre de vergüenza.
Psalm 34