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La Biblia de las Américas
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Reformas de Nehemías

Aquel día leyeron del libro de Moisés a oídos del puebloa; y se encontró escrito en él que los amonitas y los moabitasb no debían entrar jamás en la asamblea de Dios,

2 porque no recibieron a los hijos de Israel con pan y agua, sino que contrataron contra ellos a Balaam para maldecirlosa; pero nuestro Dios convirtió la maldición en bendiciónb.

3 Y sucedió que cuando oyeron la ley, excluyeron de Israel a todo extranjeroa.

4 Antes de esto, el sacerdote Eliasib, encargado de los aposentos de la casa de nuestro Diosa, y que era pariente1 de Tobíasb,

5 le había preparado un gran aposento1, donde anteriormente colocaban las ofrendas de cereal, el incienso, los utensilios, y los diezmos del cereal, del mosto y del aceite prescritos para los levitasa, los cantores y los porteros, y las contribuciones2 para los sacerdotes.

6 Pero durante todo este tiempo yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes, rey de Babiloniaa, yo había ido al reyb; pero después de algún tiempo, pedí permiso al rey,

7 y vine a Jerusalén y me enteré1 del mal que Eliasib había hecho por favorecer a Tobías, al prepararle un aposento en los atrios de la casa de Diosa.

8 Esto me desagradó mucho, por lo cual arrojé todos los muebles de la casa de Tobías fuera del aposentoa.

9 Entonces ordené que limpiaran los aposentosa; y puse de nuevo allí los utensilios de la casa de Dios con las ofrendas de cereal y el incienso.

10 También descubrí1 que las porciones de los levitasa no se les habían dado, por lo que los levitas y los cantores que hacían el servicio se habían ido2, cada uno a su campob.

11 Por tanto, reprendí a1a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Entonces reuní a los levitas2 y los restablecí en sus puestosb.

12 Entonces todo Judá trajo el diezmo del cereal, del mosto y del aceite a los almacenesa.

13 Y puse al frente de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc, y a Pedaías, uno de los levitas; además de estos estaba Hanán, hijo de Zacur, hijo de Matanías; porque se les consideraba dignos de confianzaa, y su responsabilidad1 era repartir las raciones a sus parientes2.

14 Acuérdate de mí por esto, Dios mío, y no borres las obras de misericordia que he hecho por la casa de mi Dios y por sus serviciosa.

15 En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban los lagares en el día de reposo, y traían haces de trigo y los cargaban en asnos, y también vino, uvas, higos y toda clase de carga, y los traían a Jerusalén en el día de reposoa. Y les amonesté por el día en que vendían los víveresb.

16 También habitaban allí1, en Jerusalén, tirios, que importaban pescado y toda clase de mercancías, y los vendían a los hijos de Judá en el día de reposo.

17 Entonces reprendí a1a los nobles de Judá, y les dije: ¿Qué acción tan mala es esta que cometéis profanando el día de reposo?

18 ¿No hicieron lo mismo vuestros padres, y nuestro Dios trajo sobre nosotros y sobre esta ciudad toda esta aflicción? Vosotros, pues, aumentáis su furor contra Israel al profanar el día de reposoa.

19 Y aconteció que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén, antes del día de reposo, ordené que se cerraran las puertas y1 que no las abrieran hasta después del día de reposoa. Entonces puse algunos de mis siervos a las puertas para que no entrara ninguna carga en día de reposo.

20 Pero una o dos veces, los mercaderes y vendedores de toda clase de mercancía pasaron la noche fuera de Jerusalén.

21 Entonces les advertí1, y les dije: ¿Por qué pasáis la noche delante de la muralla? Si lo hacéis de nuevo, usaré fuerza2 contra vosotrosa. Desde entonces no vinieron más en el día de reposo.

22 Y ordené a los levitas que se purificarana y que vinieran a guardar las puertas para santificar el día de reposo. Por esto también acuérdate de mí, Dios míob, y ten piedad de mí conforme a la grandeza de tu misericordia.

23 Vi también en aquellos días a judíos que se habían casado con1 mujeresa asdoditasb, amonitas y moabitasc.

24 De sus hijos, la mitad hablaban la lengua de Asdod, y ninguno de ellos podía hablar la lengua de Judá, sino la lengua de su propio pueblo1.

25 Y contendía con ellos y los maldije, herí a algunos de ellosb y les arranqué el cabello, y les hice jurar por Dios, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos; tampoco tomaréis de sus hijas para vuestros hijos ni para vosotros mismosc.

26 ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israela? Sin embargo, entre tantas naciones no hubo rey como él, y era amado por su Dios, y Dios le había hecho rey sobre todo Israelb; pero aún a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras.

27 ¿Y se debe oír1 de vosotros que habéis cometido todo este gran mal obrando infielmente contra nuestro Dios casándoos con2 mujeres extranjerasa?

28 Aun uno de los hijos de Joiada, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sanbalat horonitaa, y lo eché de mi lado.

29 Acuérdate de ellos, Dios mío, porque han profanado el1 sacerdocioa y el pacto del sacerdociob y de los levitas.

30 Así los purifiqué de todo lo extranjeroa, y designé oficios para los sacerdotes y levitas, cada uno en su ministerio,

31 e hice arreglos para la provisión de leña en los tiempos señaladosa y para las primicias. ¡Acuérdate de mí, Dios mío, para bienb!

LBLA

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Reconociendo la crítica necesidad de una traducción exacta de la Biblia, y en un español contemporáneo, Lockman Bible Ministries, a través del departamento de traducciones, ha producido La Biblia de las Américas®, la cual es una traducción de los idiomas originales de las Escrituras y presenta la Palabra de Dios en forma clara y comprensible; por tanto, fácil de leerse y de ser entendida por todos, además de ser muy conveniente para estudios bíblicos serios.

LITERAL: Porque es traducida directamente del hebreo, arameo y griego al español, tomando en cuenta cada palabra en estos idiomas originales. La Biblia de las Américas® traduce (no interpreta) el sentido de las palabras de los idiomas originales. Por eso, Ud. puede leerla con la seguridad y convicción de que está leyendo la PALABRA DE DIOS.

CONFIABLE: Porque se tradujo literal y objetivamente. Ud. puede confiar que en el español se representan con exactitud y claridad las palabras de los idiomas originales. LBLA® es la primera Biblia en español que fue producida por un equipo internacional e interdenominacional de eruditos evangélicos de varios países de América Latina y también de España y los Estados Unidos. Se terminó en 1986 después de quince años de ardua labor. The Lockman Foundation, que produjo LBLA® , es conocida en el campo bíblico como un líder en la producción y publicación de Biblias fieles a los idiomas originales.

FÁCIL DE LEER: Porque se han observado las reglas de la gramática española moderna en un estilo ágil y ameno en un texto de alta calidad literaria y sumamente comprensible. Esta versión se ha producido con la firme convicción de que las Sagradas Escrituras, según fueron escritas originalmente en hebreo, arameo y griego, fueron inspiradas por Dios, y son de provecho para la formación integral del cristiano. Puesto que las Escrituras son la eterna palabra de Dios, hablan siempre con renovado poder a cada generación para dar sabiduría que lleva a la salvación en Cristo, equipando al creyente para disfrutar de una vida abundante y feliz en la tierra, y constituyéndolo en testimonio viviente de la verdad para la gloria eterna de Dios.

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