Mientras tanto, Jesús compareció ante el gobernador, y éste le preguntó:
—¿Eres tú el rey de los judíos?
—Tú lo dices—respondió Jesús.
Al ser acusado por los jefes de los sacerdotes y por los ancianos, Jesús no contestó nada.
—¿No oyes lo que declaran contra ti?—le dijo Pilato.
Pero Jesús no respondió ni a una sola acusación, por lo que el gobernador se llenó de asombro.
Matthew 27:11–14