—¿Eres tú el rey de los judíos?—le preguntó Pilato.
—Tú mismo lo dices—respondió.
Los jefes de los sacerdotes se pusieron a acusarlo de muchas cosas.
—¿No vas a contestar?—le preguntó de nuevo Pilato—. Mira de cuántas cosas te están acusando.
Pero Jesús ni aun con eso contestó nada, de modo que Pilato se quedó asombrado.
Mark 15:2–5