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La Biblia de las Américas
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Juicios contra Babilonia

Así dice el Señor:

He aquí, levanto contra Babilonia

y contra los habitantes de Leb Camay1

el espíritu de un destructor2a.

2 Y enviaré extranjeros1 a Babilonia que la aventarána

y vaciarán su tierra;

porque estarán contra ella por todos lados

el día de su tribulación.

3 Que no entese1 el entesador2 su arco3a,

ni4 se levante con su corazab;

no perdonéis a sus jóvenes;

entregad a la destrucción todo su ejército.

4 Caerán muertos1 en la tierra de los caldeos,

y traspasados en sus callesa.

¶5 Porque no ha sido abandonado Israel ni Judá

por1 su Dios, el Señor de los ejércitosa,

aunque su tierra está llena de culpab

delante del Santo de Israel.

6 Huid de en medio de Babiloniaa,

y salve cada uno su vida.

No perezcáis1 por su culpa2b,

pues este es el tiempo de la venganza del Señorc;

Él le dará su pagod.

7 Copa de oro ha sido Babilonia en la mano del Señor,

que embriagaba toda la tierra.

De su vino bebieron las nacionesa;

se enloquecieron, por tanto, las nacionesb.

8 De repente cae Babilonia y se hace pedazosa.

Gemid por ella,

traed bálsamo para su dolorb;

quizá se curec.

9 Quisimos curar a Babilonia, pero no ha sanado;

dejadla, y vayamos cada cual a su tierraa,

porque ha llegado al cielo su juiciob,

se ha elevado hasta las nubes.

10 El Señor ha sacado a la luz nuestra justiciaa;

venid y contemos en Sión

la obra del Señor nuestro Diosb.

¶11 Afilad las flechas, llenad las aljabas;

el Señor ha despertado el espíritu de los reyes de Media,

porque su plan contra Babilonia es destruirlaa;

porque esta es la venganza del Señor, la venganza de su templob.

12 Levantad bandera contra los muros de Babilonia;

reforzad la guardia,

apostad centinelas,

preparad emboscadas;

porque el Señor ha decidido, y también ejecutaráa

lo que habló acerca de los habitantes de Babiloniab.

13 Oh, tú, que moras junto a muchas aguasa,

rica en tesorosb,

ha llegado tu fin,

el término1 de tu codiciac.

14 El Señor de los ejércitos ha jurado por sí mismoa:

Ciertamente te llenaré de hombres como langostasb,

y entonarán contra ti gritos de victoria1.

¶15 Él es el que hizo la tierra con su poder,

el que estableció el mundo con su sabiduría,

y con su inteligencia extendió los cielosa.

16 Cuando emite su voz, hay tumulto de aguas en los cielos,

y hace subir las nubes desde los confines de la tierra.

Él produce los relámpagosa para la lluvia,

y saca el vientob de sus depósitosc.

17 Toda la humanidad es necia, falta de conocimiento;

se avergüenza todo orfebre de sus ídolos1,

porque sus imágenes fundidas son engaño,

y no hay aliento en ellasa.

18 Vanidad son, obra ridícula;

en el tiempo de su castigo perecerána.

19 No es como estas cosas la porción de Jacob;

porque Él es el Hacedor1 de todo,

y de la tribu2 de su heredad;

el Señor de los ejércitos es su nombrea.

20 Él dice: Eres mi mazaa, mi arma de guerra;

contigo destrozaré nacionesb,

contigo destruiré reinos,

21 contigo destrozaré el caballo y a su jinetea,

contigo destrozaré al carro y al que lo conduceb,

22 contigo destrozaré al hombre y a la mujer,

contigo destrozaré al viejo y al jovena,

contigo destrozaré al mancebob y a la virgen,

23 contigo destrozaré al pastor y su rebaño,

contigo destrozaré al labrador y su yunta

y contigo destrozaré a los gobernadores y a los magistrados1.

¶24 Y pagaré a Babilonia y a todos los habitantes de Caldeaa

todo el mal que han hechob en Sión

delante de vuestros ojos—declara el Señor.

25 He aquí, yo estoy contra ti, monte destructor,

que destruyes toda la tierra—declara el Señora.

Extenderé mi mano contra tib,

te haré rodar desde las peñas

y te reduciré a monte quemadoc.

26 Y no tomarán de ti piedra angular,

ni piedra para cimientos,

pues desolación eterna serása—declara el Señor.

¶27 Levantad señal1 en la tierraa,

tocad trompeta entre las naciones.

Reunid2 las naciones contra ellab,

convocad contra ella los reinos de Araratc, Mini y Asquenazd;

nombrad contra ella capitán,

haced subir caballose como langostas erizadas.

¶28 Reunid1 a las naciones contra ella,

a los reyes de Media,

a sus gobernadores, a todos sus magistrados2

y a toda la tierra de su dominio.

29 La tierra tiembla y se retuerce,

porque se cumplen los designios del Señor contra Babiloniaa

de hacer de la tierra de Babilonia

una desolación1, sin habitantesb.

30 Han dejado de luchar los valientes de Babilonia,

permanecen en las fortalezas;

se han agotado1 sus fuerzasa,

se han vuelto como mujeres;

han sido incendiadas sus moradasb,

rotos están sus cerrojosc.

31 Un correo1 corre al encuentro de otro1a

y un mensajero2 al encuentro de otro2b,

para decirle al rey de Babilonia

que su ciudad ha sido tomada de un extremo al otro;

32 también los vados han sido ocupados,

y quemados a fuego los juncos1,

y los guerreros están aterrados.

33 Porque así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel:

La hija de Babilonia es como una era

al tiempo de ser holladaa;

dentro de poco, le llegará el tiempo de la siegab.

¶34 Me ha devorado y aplastado Nabucodonosor, rey de Babiloniaa,

me ha dejado como vaso vacíob,

me ha tragado como un monstruo,

ha llenado su estómago de mis delicias,

me ha expulsadoc.

35 Caiga sobre Babilonia la violencia hecha a mí y a mi carnea

—dirá la moradora de Sión.

Caiga mi sangre sobre los habitantes de Caldea

—dirá Jerusalén.

36 Por tanto, así dice el Señor:

He aquí, yo defenderé tu causaa,

y ejecutaré tu venganzab;

secaré su mar1

y haré que se sequen sus manantialesc.

37 Y Babilonia se convertirá en escombrosa, en guarida de chacales,

en objeto de horror y de burla, sin habitantesb.

38 A una como leones rugirán,

gruñirán como cachorros de leóna.

39 Cuando entren en calor, les serviré su banquete

y los embriagaréa, para que se diviertan,

duerman un sueñob eterno

y no despierten—declara el Señor.

40 Los haré bajar como corderos al mataderoa,

como carneros y1 machos cabríos.

¶41 ¡Cómo ha sido tomadaa Sesac1,

y arrebatada la gloria de toda la tierrab!

¡Cómo se ha convertido Babilonia en objeto de horror entre las naciones!

42 El mar1 ha subido sobre Babilonia;

con la multitud de sus olas ha sido cubiertaa.

43 Sus ciudades se han convertido en desolación,

en sequedal y yermo;

una tierra en la cual nadie habitaa,

y por la cual ningún hijo de hombre pasab.

44 Y castigaré a Bel en Babiloniaa,

sacaréb de su boca lo que se ha tragado,

y no afluirán más a él las nacionesc.

Aun la muralla de Babilonia caerád.

¶45 Salid de en medio de ella, pueblo mío,

y salve cada uno su vida

del ardor de la ira del Señora.

46 Y que no desmaye vuestro corazóna,

ni temáis al rumor que se oirá en la tierrab;

porque el rumor vendrá un1 año,

y después otro2 rumor en otro2 año,

y habrá violencia en la tierrac

con gobernante contra gobernante.

47 Por tanto, he aquí, vienen días

en que castigaré a los ídolosa de Babilonia;

será avergonzada toda su tierrab,

y todos sus muertos caerán en medio de ella.

48 Entonces gritarán de gozo sobre Babiloniaa

el cielo y la tierra y todo lo que en ellos hay,

porque del norte vendrán a ella destructoresb

—declara el Señor.

¶49 Ciertamente caerá Babilonia por los muertos de Israela,

como también por Babilonia han caído los muertos de toda la tierrab.

50 Los que escapasteis de la espada,

partid, no os detengáisa;

acordaos desde lejos del Señor,

y venga Jerusalén a vuestra memoria1b.

51 Estamos avergonzados porque hemos oído la afrenta;

la ignominia ha cubierto nuestros rostrosa,

porque extranjeros han entrado

en los santuariosb de la casa del Señor.

¶52 Por tanto, he aquí, vienen días—declara el Señor

en que castigaré a sus ídolosa,

y por toda su tierra gemirán los heridos de muerte.

53 Aunque Babilonia ascienda a los cielos,

y aunque fortifique en lo alto su baluarte1a,

de mi parte llegarán destructores a ellab—declara el Señor.

¶54 ¡Clamor de gritos desde Babilonia,

y de gran destrucción de la tierraa de los caldeos!

55 Porque el Señor destruirá a Babilonia,

y hará desaparecer de ella su gran bullicio1.

Bramarán sus olas como muchas aguasa;

resonará2 el estruendo de sus voces.

56 Porque viene contra ella, contra Babilonia, el destructora,

sus valientes serán apresados,

quebrados están sus arcosb;

porque Dios de retribuciones es el Señor,

ciertamente dará la pagac.

57 Yo embriagaréa a sus príncipes y a sus sabios,

a sus gobernantes, a sus magistrados1 y a sus valientes,

y dormirán un sueñob eterno y no despertarán

—declara el Rey cuyo nombre es el Señor de los ejércitosc.

58 Así dice el Señor de los ejércitos:

La ancha muralla de Babilonia será totalmente arrasadaa,

y sus altas puertasb quemadas;

los pueblos habrán trabajado en vano,

y las naciones solo para el fuegoc se habrán fatigadod.

59 Mensaje1 que el profeta Jeremías mandó a Seraías, hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando fue con Sedequías, rey de Judáa, a Babilonia en el año cuarto de su reinadob. (Seraías era jefe de abastecimientos.)

60 Escribió, pues, Jeremías en un solo rollo1 toda la calamidad que había de venir sobre Babilonia, es decir, todas estas palabras que han sido escritasa acerca de Babilonia.

61 Y Jeremías dijo a Seraías: Tan pronto llegues a Babilonia, lee1 en voz alta todas estas palabras,

62 y di: «Oh Señor, tú has hablado acerca de este lugar, de destruirlo hasta que no quede morador en ella, ya sea hombre o animal1, sino que desolación eterna seráa».

63 Y1 tan pronto termines de leer este rollo2, le atarás una piedra y lo arrojarása en medio del Eufrates,

64 y dirás: «Así se hundirá Babilonia y no se levantará más, por la calamidad que traeré sobre ellaa; extenuados sucumbiránb». Hasta aquí las palabrasc de Jeremías.

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