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La Biblia de las Américas
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Apostasía de Israel

Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo:

2 Ve y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: «Así dice el Señora:

“De ti recuerdo el cariño1 de tu juventudb,

el amor de tu desposorio,

de cuando me seguías en el desierto,

por tierra no sembradac.

3 “Santo era Israel para el Señora,

primiciasb de su cosecha1;

todos los que comían de ella se hacían culpablesc;

el mal venía sobre ellos”—declara el Señor».

4 Oíd la palabra del Señor, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel.

5 Así dice el Señor:

¿Qué injusticia hallaron en mí vuestros padresa,

para que se alejaran de mí

y anduvieran tras lo vano y se hicieran vanosb?

6 Tampoco dijeron: ¿Dónde está el Señor

que nos hizo subir de la tierra de Egiptoa,

que nos condujo por el desiertob,

por una tierra de yermos y de barrancos,

por una tierra seca y tenebrosa1,

una tierra por la que nadie pasó

y donde ningún hombre habitó?

7 Yo os traje a una tierra fértil,

para que comierais de su fruto y de sus delicias1a;

pero vinisteis y contaminasteis mi tierra,

y de mi heredad hicisteis abominaciónb.

8 Los sacerdotes no dijeron: «¿Dónde está el Señora?».

Los que se ocupaban de la ley no me conocieronb,

los gobernantes1 se rebelaron contra mí,

y los profetas profetizaban por Baalc,

y andaban tras cosas que no aprovechand.

¶9 Por tanto, aún contenderé con vosotrosa—declara el Señor

y con los hijos de vuestros hijos contenderé.

10 Pasad, pues, a las islas de Quitim1a y ved,

enviad a Cedarb y observad atentamente,

y ved si ha habido cosa semejante:

11 ¿Ha cambiado alguna nación sus dioses,

aunque esos no son diosesa?

Pues mi pueblo ha cambiado su gloriab

por lo que no aprovecha.

12 Espantaos, oh cielosa, por esto,

y temblad, quedad en extremo desolados—declara el Señor.

13 Porque dos males ha hecho mi pueblo:

me han abandonado a mí,

fuente de aguas vivasa,

y han cavado1 para sí cisternas,

cisternas agrietadas que no retienen el aguab.

¶14 ¿Es un esclavo Israel o un siervo nacido en casaa?

¿Por qué se ha convertido en presa?

15 Contra él rugieron los leoncillosa,

fuertemente rugieron1,

y han hecho de su tierra una desolación;

sus ciudades están quemadas, sin habitantesb.

16 Incluso los hombres1 de Menfis y de Tafnesa

te han afeitado2 la coronillab.

17 ¿No te ha sucedido1 estoa

por haber dejado al Señor tu Dios,

cuando Él te guiaba por el camino?

18 Y ahora, ¿qué haces en el camino a Egiptoa

para beber las aguas del Nilo1b?

¿O qué haces en el camino a Asiria

para beber las aguas del Eufrates2?

19 Te castigará tu propia maldada,

y tus apostasías te condenaránb.

Reconoce, pues, y ve que es malo y amargoc

el dejar al Señor tu Dios,

y no tener temor de mí1d—declara el Señor, Dios2 de los ejércitos.

¶20 Porque desde hace tiempo rompí1 tu yugoa

y arranqué2 tus coyundas;

pero dijiste: «No serviré».

Porque sobre toda colina alta

y bajo todo árbol frondoso

te echabas como ramerab.

21 Pero yo te planté como vid escogidaa,

toda ella de simiente genuina.

¿Cómo, pues, te has vuelto delante de mí

sarmiento degenerado de una vid extrañab?

22 Aunque te lavesa con soda1

y uses mucho2 jabón,

la mancha de tu iniquidad está aún delante de míb—declara el Señor Dios3.

23 ¿Cómo puedes decir: «No estoy manchadaa,

no he ido tras los baalesb»?

Mira tu proceder en el vallec,

reconoce lo que has hecho.

Eres una camella joven y liviana que enreda sus pasosd,

24 asna montés acostumbrada al desierto,

que en su ardor olfatea el vientoa.

En la época de su celo ¿quién la puede refrenar1?

Todos los que la busquen, no se tienen que fatigar,

en su mes la hallarán.

25 Guarda tus pies de andar descalzos

y tu garganta de la sed.

Mas dijiste: «Es en vano1a.

¡No! Porque amo a los extraños,

y tras ellos andaréb».

26 Como se avergüenza el ladrón cuando es descubierto,

así se ha avergonzado la casa de Israela:

ellos, sus reyes, sus príncipes,

sus sacerdotes y sus profetas;

27 los que dicen al leño: «Mi padre eres tú»,

y a la piedra: «Tú me engendraste».

Porque ellos me han vuelto las espaldas,

y no el rostroa;

pero en el tiempo de su calamidad1b dirán:

«Levántate y sálvanos».

28 Mas ¿dónde están tus dioses,

los que hiciste para tia?

Que se levanten, a ver si pueden salvarte

en el tiempo de tu calamidad1b;

porque según el número de tus ciudades

son tus dioses, oh Judác.

¶29 ¿Por qué contendéis conmigo?

Todos vosotros os habéis rebelado contra mía—declara el Señor.

30 En vano he herido a vuestros hijos,

no han aceptado correccióna.

Vuestra espada ha devorado a vuestros profetasb

como león destructor.

31 ¡Oh generación, atended a la palabra del Señor!

¿He sido yo un desierto para Israel,

o una tierra de densa oscuridada?

¿Por qué dice mi pueblo: «Vaguemos;

no vendremos más a tib»?

32 ¿Se olvida una virgen de sus adornos,

o una novia de su atavío1?

Pues mi pueblo me ha olvidadoa

por innumerables días.

33 ¡Qué bien preparas tu camino

para buscar amor!

Por eso aun a las malvadas1

has enseñado tus caminos.

34 También en tus faldas se halla

sangre de la vida de pobres inocentesa;

no los encontraste forzando la entradab.

Pero a pesar de todo esto,

35 aún dices: «Soy inocente,

ciertamente su ira se ha apartado de mí».

He aquí, entraré en juicio contigoa

porque dices: «No he pecadob».

36 ¿Por qué das tantas vueltas1

cambiando tu caminoa?

También por Egipto serás avergonzadab

como fuiste avergonzada por Asiriac.

37 También de allí1 saldrás

con las manos en la cabezaa;

porque el Señor ha desechado a aquellos en quienes confías,

y no prosperarás con ellosb.

LBLA

About La Biblia de las Américas

Reconociendo la crítica necesidad de una traducción exacta de la Biblia, y en un español contemporáneo, Lockman Bible Ministries, a través del departamento de traducciones, ha producido La Biblia de las Américas®, la cual es una traducción de los idiomas originales de las Escrituras y presenta la Palabra de Dios en forma clara y comprensible; por tanto, fácil de leerse y de ser entendida por todos, además de ser muy conveniente para estudios bíblicos serios.

LITERAL: Porque es traducida directamente del hebreo, arameo y griego al español, tomando en cuenta cada palabra en estos idiomas originales. La Biblia de las Américas® traduce (no interpreta) el sentido de las palabras de los idiomas originales. Por eso, Ud. puede leerla con la seguridad y convicción de que está leyendo la PALABRA DE DIOS.

CONFIABLE: Porque se tradujo literal y objetivamente. Ud. puede confiar que en el español se representan con exactitud y claridad las palabras de los idiomas originales. LBLA® es la primera Biblia en español que fue producida por un equipo internacional e interdenominacional de eruditos evangélicos de varios países de América Latina y también de España y los Estados Unidos. Se terminó en 1986 después de quince años de ardua labor. The Lockman Foundation, que produjo LBLA® , es conocida en el campo bíblico como un líder en la producción y publicación de Biblias fieles a los idiomas originales.

FÁCIL DE LEER: Porque se han observado las reglas de la gramática española moderna en un estilo ágil y ameno en un texto de alta calidad literaria y sumamente comprensible. Esta versión se ha producido con la firme convicción de que las Sagradas Escrituras, según fueron escritas originalmente en hebreo, arameo y griego, fueron inspiradas por Dios, y son de provecho para la formación integral del cristiano. Puesto que las Escrituras son la eterna palabra de Dios, hablan siempre con renovado poder a cada generación para dar sabiduría que lleva a la salvación en Cristo, equipando al creyente para disfrutar de una vida abundante y feliz en la tierra, y constituyéndolo en testimonio viviente de la verdad para la gloria eterna de Dios.

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