Loading…
La Biblia de las Américas
Restore columns
Exit Fullscreen

Derrota y muerte de Absalón

David contó1 el pueblo que estaba con él, y puso sobre ellos jefes de mil y jefes de ciena.

2 Y envió David al pueblo: una tercera parte bajo el mando1a de Joab, una tercera parte bajo el mando1 de Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, y una tercera parte bajo el mando1 de Itai geteob. Y el rey dijo al pueblo: Ciertamente yo también saldré con vosotros.

3 Pero el pueblo dijo: No debes salira; porque si tenemos que huir, no harán caso de nosotros; aunque muera la mitad de nosotros, no harán caso de nosotros. Pero tú vales por diez mil de1 nosotros; ahora pues, será mejor que tú estés listo para ayudarnos desde la ciudad.

4 Entonces el rey les dijo: Yo haré lo que os parezca mejor1. Y el rey se puso junto a la puertaa, y todo el pueblo salió por centenares y por millares.

5 Y el rey mandó a Joab, a Abisai y a Itai, diciendo: Por amor a mí tratad bien al joven Absalón. Y todo el pueblo oyó cuando el rey mandó a todos los jefes acerca de Absalóna.

6 El pueblo salió al campo al encuentro de Israel, y se entabló la batalla en el bosque de Efraína.

7 Allí fue derrotado1 el pueblo de Israel delante de los siervos de David, y la matanza aquel día allí fue grande: veinte mil hombres.

8 La1 batalla se extendió por toda aquella región2, y el bosque devoró más gente aquel día que la que devoró la espada.

9 Y Absalón se encontró con los siervos de David; y Absalón iba montado en su mulo, y pasó el mulo debajo del espeso ramaje de una gran encina, y se le trabó la cabezaa a Absalón en la encina, y quedó colgado1 entre el cielo y la tierra, mientras que el mulo que estaba debajo de él siguió de largo.

10 Cuando uno de los hombres vio esto, avisó a Joab, diciendo: He aquí, vi a Absalón colgado de una encina.

11 Joab dijo al hombre que le había avisado: He aquí, tú lo viste, ¿por qué no lo heriste allí derribándolo a tierra? Yo te hubiera dado diez piezas de plata y un cinturón.

12 Respondió el hombre a Joab: Aunque yo recibiera mil piezas de plata en la mano1, no extendería la mano contra el hijo del rey; porque ante nuestros oídos el rey te ordenó a ti, a Abisai y a Itai, diciendo: «Protegedme2 al joven Absalóna».

13 De otro modo, si yo hubiera hecho traición contra su vida (y no hay nada oculto al reya), tú mismo te hubieras mostrado indiferente1.

14 Respondió Joab: No malgastaré mi tiempo1 aquí contigo. Y tomando tres dardos en la mano2, los clavó en el corazón de Absalóna mientras todavía estaba vivo en medio3 de la encina.

15 Y diez jóvenes escuderos de Joab rodearon e hirieron a Absalón y lo remataron.

16 Entonces Joab tocó la trompeta, y el pueblo regresó de perseguir a Israel, porque Joab detuvo al puebloa.

17 Y tomaron a Absalón, lo echaron en una fosa profunda1 en el bosque y levantaron sobre él un gran montón de piedrasa. Y todo Israel huyó, cada uno a su tiendab.

18 En vida, Absalóna había tomado y erigido para sí una columna que está en el Valle del Reyb, pues se había dicho: No tengo hijo para perpetuar1 mi nombrec. Y llamó la columna por su propio nombre, y hasta hoy día se llama Monumento de Absalón.

19 Y Ahimaas, hijo de Sadoc, dijo: Te ruego que me dejes correr y llevar las noticias al reya de que el Señor lo ha liberado1 de la mano de sus enemigosb.

20 Pero Joab le dijo: Tú no eres el hombre para llevar hoy las noticias, las llevarás otro día; no llevarás noticias hoy, porque el hijo del rey ha muerto.

21 Entonces Joab dijo al cusita1: Ve, anuncia al rey lo que has visto. Y el cusita1 se inclinó ante Joab, y corrió.

22 Y Ahimaas, hijo de Sadoc, volvió a decir a Joab: Pase lo que pasea, te ruego que me dejes correr tras el cusita. Y Joab dijo: ¿Por qué correrás, hijo mío, ya que no tendrás recompensa por ir?

23 Pero él dijo: Pase lo que pase, correré. Entonces le dijo: Corre. Y Ahimaas corrió por el camino de la llanura, y pasó al cusita.

24 David estaba sentado entre las dos puertasa; y el atalaya subió al terrado de la puerta en el muro, y alzando los ojos miró, y he aquí, un hombre que corría solob.

25 Y el atalaya llamó y avisó al rey. Y el rey dijo: Si viene solo hay buenas noticias en su boca. Mientras se acercaba más y más,

26 el atalaya vio a otro hombre corriendo; y el atalaya dio voces al portero, y dijo: He aquí, otro hombre corriendo solo. Y el rey dijo: Este también trae buenas noticias.

27 Y el atalaya dijo: Creo1 que el correr del primero es como el correr de Ahimaas, hijo de Sadoca. Y el rey dijo: Este es un buen hombre y viene con buenas noticiasb.

28 Y Ahimaas dio voces, y dijo al rey: Todo está bien1. Se postró rostro en tierra delante del reya, y dijo: Bendito es el Señor tu Dios, que ha entregado a los hombres que levantaron sus manosb contra mi señor el rey.

29 Y el rey dijo: ¿Le va bien al jovena Absalón? Y Ahimaas respondió: Cuando Joab envió al siervo del rey y a tu siervo, vi un gran tumulto, pero no supe qué erab.

30 Entonces el rey dijo: Ponte a un lado y quédate aquí. Y él se puso a un lado, y se quedó allí.

31 Y he aquí, llegó el cusita, y dijo1: Reciba mi señor el rey buenas noticias, porque el Señor te ha librado2 hoy de la mano de todos aquellos que se levantaron contra tia.

32 Dijo el rey al cusita: ¿Le va bien al joven Absalóna? Y el cusita respondió: Sean como ese joven los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levantan contra ti para malb.

33 1Y el rey se conmovió profundamente, y subió al aposento que había encima de la puerta y lloró. Y decía así mientras caminaba: ¡Hijo mío Absalón; hijo mío, hijo mío Absalóna! ¡Quién me diera haber muerto yo en tu lugar! ¡Absalón, hijo mío, hijo míob!

LBLA

About La Biblia de las Américas

Reconociendo la crítica necesidad de una traducción exacta de la Biblia, y en un español contemporáneo, Lockman Bible Ministries, a través del departamento de traducciones, ha producido La Biblia de las Américas®, la cual es una traducción de los idiomas originales de las Escrituras y presenta la Palabra de Dios en forma clara y comprensible; por tanto, fácil de leerse y de ser entendida por todos, además de ser muy conveniente para estudios bíblicos serios.

LITERAL: Porque es traducida directamente del hebreo, arameo y griego al español, tomando en cuenta cada palabra en estos idiomas originales. La Biblia de las Américas® traduce (no interpreta) el sentido de las palabras de los idiomas originales. Por eso, Ud. puede leerla con la seguridad y convicción de que está leyendo la PALABRA DE DIOS.

CONFIABLE: Porque se tradujo literal y objetivamente. Ud. puede confiar que en el español se representan con exactitud y claridad las palabras de los idiomas originales. LBLA® es la primera Biblia en español que fue producida por un equipo internacional e interdenominacional de eruditos evangélicos de varios países de América Latina y también de España y los Estados Unidos. Se terminó en 1986 después de quince años de ardua labor. The Lockman Foundation, que produjo LBLA® , es conocida en el campo bíblico como un líder en la producción y publicación de Biblias fieles a los idiomas originales.

FÁCIL DE LEER: Porque se han observado las reglas de la gramática española moderna en un estilo ágil y ameno en un texto de alta calidad literaria y sumamente comprensible. Esta versión se ha producido con la firme convicción de que las Sagradas Escrituras, según fueron escritas originalmente en hebreo, arameo y griego, fueron inspiradas por Dios, y son de provecho para la formación integral del cristiano. Puesto que las Escrituras son la eterna palabra de Dios, hablan siempre con renovado poder a cada generación para dar sabiduría que lleva a la salvación en Cristo, equipando al creyente para disfrutar de una vida abundante y feliz en la tierra, y constituyéndolo en testimonio viviente de la verdad para la gloria eterna de Dios.

Copyright

The "La Biblia de las Américas" and "LBLA" trademarks are registered in the United States Patent and Trademark Office by The Lockman Foundation. Use of these trademarks requires the permission of The Lockman Foundation.

Support Info

lbla95

Table of Contents