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La Biblia de las Américas
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Conspiración de Absalón

Aconteció después de esto que Absalón se hizo de un carro y caballos, y de cincuenta hombres que corrieran1 delante de éla.

2 Y Absalón se levantaba temprano y se situaba junto al camino de la puertaa; y sucedía que todo aquel que tenía un pleito y venía al rey para juicio, Absalón lo llamaba y decía: ¿De qué ciudad eres? Y este respondía: Tu siervo es de una de las tribus de Israel.

3 Entonces Absalón le decía: Mira, tu causa1 es buenaa y justa, pero nadie te va a escuchar de parte del rey.

4 Decía además Absalón: ¡Quién me nombrara juez en la tierra! Entonces todo hombre que tuviera pleito o causa alguna podría venir a mí y yo le haría justiciaa.

5 Y sucedía que cuando alguno se acercaba y se postraba ante él, él extendía su mano, lo levantaba1 y lo besabaa.

6 De esta manera Absalón trataba a todo israelita que venía al rey para juicio; así Absalón robó el corazón de los hombres de Israela.

7 Y aconteció que al cabo de cuatro1 años Absalón dijo al rey: Te ruego me dejes ir a Hebróna a pagar mi voto que he hecho al Señor.

8 Pues tu siervo prometió un voto mientras habitaba en Gesura, en Aram, diciendo: «Si en verdad el Señor me hace volver a Jerusalén, entonces yo serviré al Señorb».

9 Y el rey le dijo: Vete en paz. Y él se levantó y fue a Hebrón.

10 Pero Absalón envió espías por todas las tribus de Israel, diciendo: Tan pronto oigáis el sonido de la trompetaa, entonces diréis: «Absalón es rey en Hebrón».

11 Con Absalón fueron doscientos hombres de Jerusalén como invitadosa; fueron inocentemente1b, sin saber nada.

12 Y Absalón envió por Ahitofel gilonitaa, consejero de David, desde Gilo su ciudadb, cuando ofrecía los sacrificios. Y la conspiración se hacía fuerte porque constantemente aumentaba la gentec que seguía a Absalón.

13 Entonces un mensajero vino a David, diciendo: El corazón de los hombres de Israel está con1 Absalóna.

14 Y David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos y huyamos, porque si no, ninguno de nosotros escapará de Absalón. Id de prisa, no sea que nos alcance pronto, traiga desgracia sobre nosotrosa y hiera la ciudad a filo de espada.

15 Y los siervos del rey le dijeron1: He aquí, tus siervos están listos para hacer todo lo que nuestro2 señor el rey quiera.

16 Salió el rey, y toda su casa con él1, dejando el rey a diez concubinas para cuidar la casaa.

17 Salió, pues, el rey y toda la gente con él1, y se detuvieron en la última casa.

18 Todos sus siervos pasaron junto a él, todos los cereteos, peleteosa y todos los geteos, seiscientos hombres que habían venido con él1 desde Gat; todos pasaron delante del reyb.

19 Y el rey dijo a Itai geteo: ¿Por qué has de venir tú también con nosotros? Regresa y quédate con el reya, porque eres un extranjero y también un desterrado; regresa a tu lugar.

20 Llegaste apenas ayer, ¿y he de hacer que vagues hoy con nosotros mientras yo voy por donde quiera ira? Regresa y haz volver a tus hermanos, y que sean contigo la misericordia y la verdad1b.

21 Pero Itai respondió al rey, y dijo: Vive el Señor y vive mi señor el rey, ciertamente dondequiera que esté mi señor el rey, ya sea para muerte o para vida, allí también estará tu siervoa.

22 Entonces David dijo a Itai: Ve y pasa adelante. Así Itai geteo pasó con todos sus hombres y con todos los pequeños que estaban con él.

23 Mientras todo el país lloraba en alta voz, todo el pueblo cruzó. El rey también cruzó el torrente Cedróna, y todo el pueblo pasó en dirección al desiertob.

24 Y he aquí, Sadoca pasó también, y todos los levitas con él, llevando el arca del pacto de Diosb. Y asentaron el arca de Dios, y Abiatar subió después1 que había terminado de pasar todo el pueblo que salía de la ciudadc.

25 Y el rey dijo a Sadoc: Haz volver el arca de Dios a la ciudad, que si hallo gracia ante los ojos del Señor, me hará volvera y me mostrará tanto el arca1 como su moradab.

26 Pero si Él dijera así: «No me complazco en tia», mira, aquí estoy, que haga conmigo lo que bien le parezca1b.

27 También el rey dijo al sacerdote Sadoc: ¿No eres videntea? Regresa en paz a la ciudad, y vuestros dos hijos con vosotros, tu hijo Ahimaasb, y Jonatán, hijo de Abiatar.

28 Mirad, esperaré en los vados del desierto hasta que venga palabra vuestra para informarmea.

29 Sadoc y Abiatar hicieron volver el arca de Dios a Jerusalén, y se quedaron allí.

30 Subía David la cuesta del monte de los Olivos, y mientras iba, llorabaa con la cabeza cubierta y los pies descalzosb. Y todo el pueblo que iba con él cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían.

31 Alguien dio aviso a David, diciendo: Ahitofel está entre los conspiradores con Absalóna. Y David dijo: Oh Señor, te ruego, haz necio el consejo de Ahitofelb.

32 Sucedió que mientras David se acercaba a la cumbre donde se adoraba a Dios, he aquí, Husai arquitaa salió a su encuentro con su manto desgarrado1 y polvo2 sobre la cabeza.

33 Y David le dijo: Si pasas conmigo, entonces me serás una cargaa.

34 Pero si regresas a la ciudad, y dices a Absalón: «Seré tu siervo, oh rey; como en el pasado he sido siervo de tu padre, así ahora seré tu siervo», entonces harás nulo el consejo de Ahitofel en favor míoa.

35 ¿Y no están allí contigo Sadoc y Abiatar los sacerdotes? Por tanto1, todo lo que oigas de la casa del rey lo comunicarás a los sacerdotes Sadoc y Abiatara.

36 He aquí, sus dos hijos están allí con ellos, Ahimaas, hijo de Sadoc, y Jonatán, hijo de Abiatara, y por medio de ellos me comunicarás todo lo que oigasb.

37 Husai, amigo de David, entró en la ciudad cuando Absalóna entraba en Jerusalénb.

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Reconociendo la crítica necesidad de una traducción exacta de la Biblia, y en un español contemporáneo, Lockman Bible Ministries, a través del departamento de traducciones, ha producido La Biblia de las Américas®, la cual es una traducción de los idiomas originales de las Escrituras y presenta la Palabra de Dios en forma clara y comprensible; por tanto, fácil de leerse y de ser entendida por todos, además de ser muy conveniente para estudios bíblicos serios.

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CONFIABLE: Porque se tradujo literal y objetivamente. Ud. puede confiar que en el español se representan con exactitud y claridad las palabras de los idiomas originales. LBLA® es la primera Biblia en español que fue producida por un equipo internacional e interdenominacional de eruditos evangélicos de varios países de América Latina y también de España y los Estados Unidos. Se terminó en 1986 después de quince años de ardua labor. The Lockman Foundation, que produjo LBLA® , es conocida en el campo bíblico como un líder en la producción y publicación de Biblias fieles a los idiomas originales.

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