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La Biblia de las Américas
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Causas de la caída del reino de Israel

En el año doce de Acaz, rey de Judá, Oseas, hijo de Elaa, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, y reinó nueve años.

2 E hizo lo malo ante los ojos del Señor, aunque no como los reyes de Israel que habían sido antes de él.

3 Subió contra él Salmanasara, rey de Asiria, y Oseas fue hecho su siervob, y le pagaba tributo.

4 Pero el rey de Asiria descubrió una conspiración de1 Oseas, quien había enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y no había pagado tributo al rey de Asiria como había hecho año tras año; por tanto el rey de Asiria lo detuvo y lo encadenó en la cárcel.

5 Entonces el rey de Asiria invadió todo el país y subió a Samariaa, y le puso sitio por tres años.

6 En el año noveno de Oseas, el rey de Asiria tomó Samariaa y se llevó a Israel al destierrob en Asiria, y los puso en Halah y en Habor, río de Gozánc, y en las ciudades de los medosd.

7 Esto1 sucedió porque los hijos de Israel habían pecado contra el Señor su Diosa, que los había sacado2 de la tierra de Egipto de bajo la mano de Faraón, rey de Egiptob, y habían reverenciado a otros diosesc;

8 y anduvieron en las costumbres1 de las naciones que el Señor había arrojado de delante de los hijos de Israela, y en las costumbres de los reyes de Israel que ellos habían introducido2b.

9 Y los hijos de Israel secretamente hicieron cosas1 que no eran rectas contra el Señor su Dios. Además se edificaron lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de atalaya hasta las ciudades fortificadasa.

10 Se erigieron pilares sagradosa y Aseras1 sobre toda colina alta y bajo todo árbol frondosob,

11 y quemaron incienso allí en todos los lugares altos, como las naciones que el Señor se había llevado al destierro de delante de ellos; e hicieron cosas malas provocando al Señor.

12 Y sirvieron a ídolos, acerca de los cuales el Señor les había dicho: Vosotros no haréis estoa.

13 Y el Señor amonestabaa a Israel y a Judá por medio de todos sus profetasb y de todo videntec, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos, mis estatutos conforme a toda la ley que ordené a vuestros padres y que os envié por medio1 de mis siervos los profetasd.

14 Sin embargo, ellos no escucharon, sino que endurecieron su cerviz como1 sus padres, que no creyeron en el Señor su Diosa.

15 Desecharon sus estatutosa y el pacto que Él había hecho con sus padresb, y sus advertencias con las cuales los había amonestado. Y siguieron la vanidadc y se hicieron vanosd, y fueron en pos de las naciones que los rodeaban, respecto de las cuales el Señor les había ordenado que no hicieran como ellase.

16 Y abandonaron todos los mandamientos del Señor su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerrosa; hicieron una Asera1b, adoraron a todo el ejército de los cielosc y sirvieron a Baald.

17 Hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijasa, practicaron la adivinación y los auguriosb, y se entregaron a1 hacer lo malo ante los ojos del Señor, provocándolec.

18 Y el Señor se airó en gran manera contra Israela y los quitó de su presencia; no quedó sino solo la tribu de Judáb.

19 Tampoco Judá1 guardó los mandamientos del Señor su Diosa, sino que anduvieron en las costumbres2 que Israel había introducido3b.

20 Y el Señor desechó a toda la descendencia1 de Israel, y los afligió y los entregó en mano de saqueadores, hasta que los echó de su presenciaa.

21 Cuando Él arrancó a Israel de la casa de Davida, ellos hicieron rey a Jeroboamb, hijo de Nabat. Entonces Jeroboam apartó a Israel de seguir al Señor, y les hizo cometer1 un gran pecadoc.

22 Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados que había cometido Jeroboam; no se apartaron de ellos,

23 hasta que el Señor quitó a Israel de su presencia, como Él había hablado por medio1 de todos sus siervos los profetasa. E Israel fue llevado de su propia tierra al destierro, a Asiriab, hasta hoy.

24 Y el rey de Asiria trajo hombres de Babilonia, de Cuta, de Ava1a, de Hamatb y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria en lugar de los hijos de Israel. Y tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus ciudadesc.

25 Y aconteció que como al principio de habitar ellos allí, no temieron al Señora, el Señor envió leones entre ellos que mataron a muchos de ellos.

26 Entonces hablaron al rey de Asiria, diciendo: Las naciones que has llevado al destierro a las ciudades de Samaria, no conocen la costumbre del dios de la tierra; por eso él ha enviado leones entre ellos, y he aquí, los leones los matan porque ellos no conocen la costumbre del dios de la tierra.

27 Y el rey de Asiria ordenó, diciendo: Llevad allá a uno de los sacerdotes que llevasteis al destierro1, y que él vaya y habite2 allí; y que les enseñe la costumbre del dios de la tierra.

28 Y vino uno de los sacerdotes que habían llevado al destierro desde Samaria, y habitó en Betel, y les enseñó cómo habían de temer al Señor.

29 Pero cada nación continuó haciendo sus propios dioses, y los pusieron en las casas de los lugares altos que los samaritanos habían hechoa, cada nación en las1 ciudades en que habitaban.

30 Y los hombres de Babilonia hicieron a Sucot-benot; los hombres de Cutaa hicieron a Nergal; los hombres de Hamat hicieron a Asima;

31 y los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac; y los de Sefarvaim quemaban a sus hijos en el fuegoa como ofrenda a Adramelecb y Anamelec, dioses de Sefarvaimc.

32 También temían al Señora y nombraron de entre sí1 sacerdotes de los lugares altos, que oficiaban por ellos en las casas de los lugares altosb.

33 Temían al Señor y servían a sus dioses conforme a la costumbre de las naciones de donde habían sido llevados al destierro.

34 Hasta el día de hoy siguen haciendo conforme a sus antiguas costumbres. No temen al Señor, ni siguen1 sus estatutos ni sus ordenanzas ni la ley ni el mandamiento que el Señor había ordenado a los hijos de Jacob, a quien puso el nombre de Israela,

35 con los cuales el Señor hizo un pacto y les ordenó, diciendo: No temeréis a otros diosesa ni os inclinaréis ante ellos, no los serviréis ni les ofreceréis sacrificiosb.

36 Sino que al Señor, que os hizo subir de la tierra de Egiptoa con gran poder y con brazo extendidob, a Él temeréis y ante Él os inclinaréisc y a Él ofreceréis sacrificios.

37 Y los estatutos, las ordenanzas, la ley y el mandamiento que Él os escribióa, cuidaréis de cumplirlos siempre, y no temeréis a otros dioses.

38 Y el pacto que he hecho con vosotros, no lo olvidaréis, ni temeréis a otros diosesa.

39 Sino que al Señor vuestro Dios temeréis, y Él os librará de la mano de todos vuestros enemigos.

40 Pero ellos no escucharon, sino que hicieron conforme a su antigua costumbre.

41 Y aunque estas naciones temían al Señor, también servían a sus ídolos1a; y de la misma manera que hicieron sus padres, así hacen hasta hoy sus hijos y sus nietos.

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CONFIABLE: Porque se tradujo literal y objetivamente. Ud. puede confiar que en el español se representan con exactitud y claridad las palabras de los idiomas originales. LBLA® es la primera Biblia en español que fue producida por un equipo internacional e interdenominacional de eruditos evangélicos de varios países de América Latina y también de España y los Estados Unidos. Se terminó en 1986 después de quince años de ardua labor. The Lockman Foundation, que produjo LBLA® , es conocida en el campo bíblico como un líder en la producción y publicación de Biblias fieles a los idiomas originales.

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