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La Biblia de las Américas
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Jonatán ayuda a David

Entonces David huyó de Naiot en Ramá, vino ante Jonatán, y dijoa: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad y cuál es mi pecado contra1 tu padre para que busque mi vida?

2 Y él le respondió: De ninguna manera; no morirás. He aquí, mi padre no hace ninguna cosa, grande o pequeña, sin revelármela1. ¿Por qué, pues, me ha de ocultar esto mi padre? No será así.

3 Pero David volvió a jurara, diciendo1: Tu padre sabe bien que he hallado gracia ante tus ojos, y ha dicho: «Que no lo sepa Jonatán para que no se entristezca». Pero ciertamente, vive el Señor y vive tu almab, que apenas2 hay un paso entre mí y la muerte.

4 Entonces Jonatán dijo a David: Lo que tú digas1, haré por ti.

5 Y David respondió a Jonatán: He aquí, mañana es luna nueva y debo sentarme a comer con el reya, pero déjame ir para que me esconda en el campo hasta el atardecer del tercer día1b.

6 Si tu padre me echa de menos, entonces di: «David me rogó mucho que le dejara ir a toda prisa1 a Belén su ciudada, porque allá se celebra el sacrificio anual por toda la familiab».

7 Si él dice1: «Está bien», tu siervo estará seguro; pero si se enoja, sabrás que ha decidido hacer el mala.

8 Trata entonces con misericordia a tu siervo, ya que has hecho entrar a tu siervo en un pacto del Señor contigoa. Pero si hay maldad en mí, mátame túb, pues, ¿por qué llevarme a tu padre?

9 Respondió Jonatán: ¡Nunca tal te suceda! Porque si yo me entero que mi padre ha decidido que el mal caiga sobre ti, ¿no te lo avisaría yo?

10 David respondió a Jonatán: ¿Quién me avisará si1 tu padre te responde ásperamente?

11 Y Jonatán dijo a David: Ven, salgamos al campo. Y ambos salieron al campo.

12 Entonces Jonatán dijo a David: El Señor, Dios de Israel, sea testigo. Cuando yo haya hablado con1 mi padre como a esta hora mañana, o al tercer día, he aquí, si hay buen ánimo para con David, ¿no habré de enviar a ti para hacértelo saber2?

13 Si mi padre quiere hacerte mal, que así haga el Señor a Jonatán y aun le añada si no te lo hago saber1 y te envío para que vayas en paza. Y que el Señor sea contigob, como ha sido con mi padre.

14 Y si todavía vivo, ¿no me mostrarás la misericordia del Señor, para que no muera?

15 No quitarás1 tu misericordia de mi casa para siempre, ni aun cuando el Señor haya quitado2 de la faz de la tierra a cada uno de los enemigos de Davida.

16 Jonatán, pues, hizo un pacto con la casa de David, diciendo: El Señor lo demande de la mano de los enemigos de Davida.

17 Y Jonatán hizo jurar a David otra vez a causa de su amor por él, pues le amaba como a sí mismo1a.

18 Entonces Jonatán le dijo: Mañana es luna nueva y serás echado de menos, porque tu asiento estará vacíoa.

19 Cuando hayas estado ausente tres días, descenderás aprisa y vendrás al lugar donde te escondiste el día de aquel suceso, y permanecerás junto a la piedra de Ezel.

20 Yo tiraré tres saetas hacia un lado, como tirando al blanco.

21 Y he aquí, enviaré al muchacho, diciendo: «Ve, busca las saetas». Si digo claramente al muchacho: «He aquí, las saetas están más acá de ti, tómalas», entonces ven porque hay seguridad para ti y no habrá mal1, vive el Señor.

22 Pero si digo1 al joven: «He aquí, las saetas están más allá de tia», vete, porque el Señor te ha enviado.

23 En cuanto al acuerdo1 del cual tú y yo hemos habladoa, he aquí, el Señor está entre nosotros dos2 para siempreb.

24 Se escondió, pues, David en el campo. Cuando vino la luna nueva, el rey se sentó a comer1.

25 El rey se sentó en su asiento como de costumbre, el asiento junto a la pared; entonces Jonatán se levantó, y Abner se sentó al lado de Saúl, pero el lugar de David estaba vacíoa.

26 Sin embargo, Saúl no dijo nada aquel día, porque se dijo: Es una casualidad, no estará limpio; de seguro que no se ha purificadoa.

27 Y sucedió al día siguiente, el segundo día de la luna nueva, que el lugar de David estaba aún vacío; entonces Saúl dijo a su hijo Jonatán: ¿Por qué no ha venido el hijo de Isaí a la comida ni ayer ni hoy?

28 Y Jonatán respondió a Saúl: David me rogó encarecidamente que le dejara ir a Beléna,

29 y dijo: «Te ruego que me dejes ir1, pues nuestra familia tiene sacrificio en la ciudad y mi hermano me ha mandado que asista. Ahora pues, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego me dejes ir para ver a mis hermanos». Por este motivo no ha venido a la mesa del rey.

30 Se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: ¡Hijo de perversa y rebelde! ¿Acaso no sé yo que prefieres al hijo de Isaí, para tu propia vergüenza y para vergüenza de la desnudez de tu madre?

31 Pues mientras1 viva sobre la tierra el hijo de Isaí, ni tú ni tu reino serán establecidos. Ahora pues, manda a traérmelo, porque ciertamente ha de morir2a.

32 Pero Jonatán respondió a su padre Saúl, y le dijo: ¿Por qué ha de morir? ¿Qué ha hechoa?

33 Entonces Saúl le arrojó la lanza para matarloa; así Jonatán supo que su padre había decidido matar a Davidb.

34 Jonatán se levantó de la mesa ardiendo en ira y no comió pan el segundo día de la luna nueva, pues estaba entristecido por David, porque su padre le había afrentado.

35 A1 la mañana siguiente Jonatán salió al campo para reunirse2 con David, y un muchacho pequeño iba con él.

36 Y dijo al1 muchacho: Corre, busca ahora las saetas que voy a tirara. Y mientras el muchacho corría, tiró una2 saeta más allá de él.

37 Cuando el muchacho llegó a1 la saeta que Jonatán había tirado, Jonatán le gritó al2 muchacho, y dijo: ¿No está la saeta más allá de tia?

38 Y Jonatán llamó al1 muchacho: Corre, date prisa, no te detengas. Y el muchacho de Jonatán recogió la saeta y volvió a su señor.

39 Pero el muchacho no estaba al tanto de nada; solo Jonatán y David sabían del asunto.

40 Entonces Jonatán dio sus armas al1 muchacho y le dijo: Vete, llévalas a la ciudad.

41 Cuando el muchacho se fue, David se levantó del lado del sur, y cayendo rostro en tierra, se postró tres vecesa. Y se besaron el uno al otro y lloraron juntos, pero David lloró másb.

42 Y Jonatán dijo a David: Vete en paza, ya que nos hemos jurado el uno al otro en el nombre del Señor, diciendo: «El Señor esté entre tú y yo, y entre mi descendencia1 y tu descendencia1 para siempreb». 2David se levantó y se fue, y Jonatán entró en la ciudad.

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Reconociendo la crítica necesidad de una traducción exacta de la Biblia, y en un español contemporáneo, Lockman Bible Ministries, a través del departamento de traducciones, ha producido La Biblia de las Américas®, la cual es una traducción de los idiomas originales de las Escrituras y presenta la Palabra de Dios en forma clara y comprensible; por tanto, fácil de leerse y de ser entendida por todos, además de ser muy conveniente para estudios bíblicos serios.

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CONFIABLE: Porque se tradujo literal y objetivamente. Ud. puede confiar que en el español se representan con exactitud y claridad las palabras de los idiomas originales. LBLA® es la primera Biblia en español que fue producida por un equipo internacional e interdenominacional de eruditos evangélicos de varios países de América Latina y también de España y los Estados Unidos. Se terminó en 1986 después de quince años de ardua labor. The Lockman Foundation, que produjo LBLA® , es conocida en el campo bíblico como un líder en la producción y publicación de Biblias fieles a los idiomas originales.

FÁCIL DE LEER: Porque se han observado las reglas de la gramática española moderna en un estilo ágil y ameno en un texto de alta calidad literaria y sumamente comprensible. Esta versión se ha producido con la firme convicción de que las Sagradas Escrituras, según fueron escritas originalmente en hebreo, arameo y griego, fueron inspiradas por Dios, y son de provecho para la formación integral del cristiano. Puesto que las Escrituras son la eterna palabra de Dios, hablan siempre con renovado poder a cada generación para dar sabiduría que lleva a la salvación en Cristo, equipando al creyente para disfrutar de una vida abundante y feliz en la tierra, y constituyéndolo en testimonio viviente de la verdad para la gloria eterna de Dios.

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