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La Biblia de las Américas
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Ofrendas para el templo

Entonces el rey David dijo a toda la asamblea: Mi hijo Salomón, el único que Dios ha escogido, es aún joven y sin experienciaa, y la obra es grande; porque el templo1 no es para hombre, sino para el Señor Diosb.

2 Con toda mi habilidad he provisto para la casa de mi Dios, el oro para las cosas de oro, la plata para las cosas de plata, el bronce para las cosas de bronce, el hierro para las cosas de hierro, la madera para las cosas de madera; también piedras de ónice, piedras de engaste, piedras de antimonio, piedras de varios colores, toda clase de piedras preciosas y piedras de alabastro en abundanciaa.

3 Y además, en mi amor por la casa de mi Dios, el tesoro que tengo de oro y de plata, lo doy a la casa de mi Dios, además de todo lo que ya he provisto para la santa casa,

es decir, tres mil talentos1 de oroa, del oro de Ofirb, y siete mil talentos de plata acrisolada para revestir las paredes de los edificios2;

5 de oro para las cosas de oro, y de plata para las cosas de plata, es decir, para toda la obra hecha por los artesanos1. ¿Quién, pues, está dispuesto a dar su ofrenda2 hoy al Señor?

6 Entonces los jefes de las casas paternas, y los jefes de las tribus de Israel, y los jefes de millares y de centenares, con los supervisores sobre la obra del reya, ofrecieron voluntariamente sus donativosb;

7 y para el servicio de la casa de Dios dieron cinco mil talentos y diez mil monedas1 de oroa, diez mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de bronce y cien mil talentos de hierro.

8 Y todos los que tenían1 piedras preciosas las dieron al tesoro de la casa del Señor a cargo de2 Jehiela gersonita.

9 Entonces el pueblo se alegró porque habían contribuido voluntariamente, porque de todo corazóna hicieron su ofrenda al Señor; y también el rey David se alegró en gran manera.

10 Y bendijo David al Señor en presencia de toda la asamblea. Y David dijo: Bendito eres, oh Señor, Dios de Israel, nuestro padre por los siglos de los siglos.

11 Tuya es, oh Señor, la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestada, en verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; tuyo es el dominio, oh Señor, y tú te exaltas como soberano sobre todo.

12 De ti proceden la riqueza y el honora; tú reinas sobre todo y en tu mano están el poder y la fortalezab, y en tu mano está engrandecer y fortalecer a todos.

13 Ahora pues, Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre.

14 Pero ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecer1 tan generosamente todo2 esto? Porque de ti proceden todas las cosas, y de lo recibido de tu mano te damos.

15 Porque somos forasterosa y peregrinos delante de ti, como lo fueron todos nuestros padres; como una sombra son nuestros días sobre la tierrab, y no hay esperanza.

16 Oh Señor, Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificarte una casa para tu santo nombre procede de tu mano, y todo es tuyo.

17 Sabiendo yo, Dios mío, que tú pruebas el corazóna y te deleitas en la rectitud, yo he ofrecido voluntariamente todas estas cosas en la integridad de mi corazónb; y ahora he visto con alegría a tu pueblo, que está aquí, hacer sus ofrendas a ti voluntariamente.

18 Oh Señor, Dios de nuestros padres Abraham, Isaac e Israel, preserva esto para siempre en las intenciones del corazón1 de tu pueblo, y dirige su corazón hacia ti;

19 y da a mi hijo Salomón un corazón perfecto para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, para que los cumpla todosa y edifique el templo1, para el cual he provistob.

20 Entonces David dijo a toda la asamblea: Bendecid ahora al Señor vuestro Dios. Y toda la asamblea bendijo al Señora, al Dios de sus padres, y se inclinaron y se postraron ante el Señor y ante el reyb.

21 Y al día siguiente sacrificaron víctimas al Señor y le1 ofrecieron holocaustos: mil novillos, mil carneros y mil corderos, con sus libaciones y sacrificios en abundancia por todo Israela.

22 Comieron, pues, y bebieron aquel día delante del Señor con gran alegría.

¶Y por segunda vez proclamaron rey a Salomóna, hijo de David, y lo ungieron como príncipe para el Señor, y a Sadoc como sacerdoteb.

23 Entonces Salomón se sentó en el trono del Señor como rey en lugar de su padre David; prosperó y le obedeció todo Israela.

24 Y todos los oficiales, los hombres valientes, y también todos los hijos del rey David juraron obediencia al rey1 Salomón.

25 Y el Señor engrandeció en gran manera a Salomón ante los ojos de todo Israela, y le confirió un reinado glorioso como nunca había tenido ningún rey en Israel antes de élb.

26 David, hijo de Isaí, reinó, pues, sobre todo Israela;

27 el tiempo que reinó sobre Israel fue de cuarenta años; reinó en Hebrón siete años y en Jerusalén reinó treinta y tresa.

28 Y murió en buena vejeza, lleno de días, riquezas y gloria; y su hijo Salomón reinó en su lugarb.

29 Los hechos del rey David, desde el primero hasta el último, están escritos en las crónicas del vidente Samuela, en las crónicas del profeta Natánb y en las crónicas del vidente Gadc,

30 con todo su reinado, su poder y todos los acontecimientos que vinieron sobre él, sobre Israel y sobre todos los reinos de aquellas1 tierras.

LBLA

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Reconociendo la crítica necesidad de una traducción exacta de la Biblia, y en un español contemporáneo, Lockman Bible Ministries, a través del departamento de traducciones, ha producido La Biblia de las Américas®, la cual es una traducción de los idiomas originales de las Escrituras y presenta la Palabra de Dios en forma clara y comprensible; por tanto, fácil de leerse y de ser entendida por todos, además de ser muy conveniente para estudios bíblicos serios.

LITERAL: Porque es traducida directamente del hebreo, arameo y griego al español, tomando en cuenta cada palabra en estos idiomas originales. La Biblia de las Américas® traduce (no interpreta) el sentido de las palabras de los idiomas originales. Por eso, Ud. puede leerla con la seguridad y convicción de que está leyendo la PALABRA DE DIOS.

CONFIABLE: Porque se tradujo literal y objetivamente. Ud. puede confiar que en el español se representan con exactitud y claridad las palabras de los idiomas originales. LBLA® es la primera Biblia en español que fue producida por un equipo internacional e interdenominacional de eruditos evangélicos de varios países de América Latina y también de España y los Estados Unidos. Se terminó en 1986 después de quince años de ardua labor. The Lockman Foundation, que produjo LBLA® , es conocida en el campo bíblico como un líder en la producción y publicación de Biblias fieles a los idiomas originales.

FÁCIL DE LEER: Porque se han observado las reglas de la gramática española moderna en un estilo ágil y ameno en un texto de alta calidad literaria y sumamente comprensible. Esta versión se ha producido con la firme convicción de que las Sagradas Escrituras, según fueron escritas originalmente en hebreo, arameo y griego, fueron inspiradas por Dios, y son de provecho para la formación integral del cristiano. Puesto que las Escrituras son la eterna palabra de Dios, hablan siempre con renovado poder a cada generación para dar sabiduría que lleva a la salvación en Cristo, equipando al creyente para disfrutar de una vida abundante y feliz en la tierra, y constituyéndolo en testimonio viviente de la verdad para la gloria eterna de Dios.

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