Luego el rey David se presentó ante el SEÑOR y le dijo:
«SEÑOR y Dios, ¿quién soy yo, y qué es mi familia, para que me hayas hecho llegar tan lejos? Como si esto fuera poco, SEÑOR y Dios, has hecho promesas a este siervo tuyo en cuanto al futuro de su dinastía. ¡Me has tratado como si fuera yo un hombre muy importante, SEÑOR y Dios! ¿Qué más podría yo decir del honor que me has dado, si tú conoces a tu siervo? SEÑOR, tú has
1 Chronicles 17:16–27