En ti, SEÑOR, me he refugiado;
jamás me dejes quedar en vergüenza.
Por tu justicia, rescátame y líbrame;
dígnate escucharme, y sálvame.
Sé tú mi roca de refugio
adonde pueda yo siempre acudir;
da la orden de salvarme,
porque tú eres mi roca, mi fortaleza.
Líbrame, Dios mío, de manos de los impíos,
del poder de los malvados y violentos.
Tú, Soberano SEÑOR, has sido mi esperanza;
en ti he confiado desde mi juventud.
De ti he dependido desde
Psalm 71