No dejarás que mi vida termine en el sepulcro;
no permitirás que tu santo sufra corrupción.
Me has dado a conocer los caminos de la vida;
me llenarás de alegría en tu presencia.”
»Hermanos, permítanme hablarles con franqueza acerca del patriarca David, que murió y fue sepultado, y cuyo sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. Era profeta y sabía que Dios le había prometido bajo juramento poner en el trono a uno de sus descendientes. Fue así como previó lo que iba
Acts 2:27–31