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Nueva Biblia de las Américas
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No hay condenación para los que creen

8 Por tanto, ahora no hay condenacióna para los que están en Cristo Jesús1b, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu.

2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesúsa te1 ha libertado2 de la ley del pecado y de la muerteb.

3 Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carnea, Dios lo hizob: enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carnec,

4 para que el requisito de la leya se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritub.

5 Porque los que viven1 conforme a la carnea, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritub.

6 Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paza.

7 La mente puesta en la carne es enemiga de Diosa, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo,

8 y los que están en la carnea no pueden agradar a Dios.

Viviendo según el Espíritu

9 Sin embargo, ustedes no están en la carnea sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en ustedesb. Pero si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Élc.

10 Y si Cristo está en ustedes, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo, el espíritu está vivo1 a causa de la justiciaa.

11 Pero si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedesa, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de1 Su Espíritu que habita en ustedesb.

12 Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne.

13 Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de1 morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne2a, viviránb.

14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Diosa, los tales son hijos de Diosb.

15 Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor1a, sino que han recibido un espíritu2 de adopciónb como hijos, por el cual clamamos: «¡Abba, Padrec

16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritua de que somos hijos de Diosb.

17 Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristoa, si en verdad padecemos con Él a fin de que también seamos glorificados con Élb.

La gloria futura

18 Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser reveladaa.

19 Porque el anhelo profundoa de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Diosb.

20 Porque la creación fue sometida a vanidada, no de su propia voluntad, sino por causa de Aquelb que la sometió, en la esperanza

21 de que la creación1 misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Diosa.

22 Pues sabemos que la creación entera gime y sufrea hasta ahora dolores de parto.

23 Y no solo ellaa, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritub, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamentec la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpod.

24 Porque en esperanza hemos sido salvadosa, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?1b

25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia1 lo aguardamosa.

Victoriosos en Cristo

26 De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramosa, pero el Espíritu mismo intercede por nosotrosb con gemidos indecibles.

27 Y Aquel que escudriña los corazonesa sabe cuál es el sentir1 del Espíritub, porque Él intercede por los santosc conforme a la voluntad de Dios.

28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosasa cooperan para bien1, esto es, para los que son llamadosb conforme a Su propósito.

29 Porque a los que de antemano conocióa, también los predestinób a ser hechos conforme a la imagen de Su Hijoc, para que Él sea el primogénitod entre muchos hermanos.

30 A los que predestinóa, a esos también llamób. A los que llamó, a esos también justificóc. A los que justificó, a esos también glorificód.

31 Entonces, ¿qué diremosa a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotrosb?

32 El que no negó ni a Su propio Hijoa, sino que lo entregó por todos nosotrosb, ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas?

33 ¿Quién acusará a los escogidos de Diosa? Dios es el que justificab.

34 ¿Quién es el que condenaa? Cristo Jesús es el que muriób, sí, más aún, el que resucitó1c, el que además está a la diestra de Diosd, el que también intercede por nosotrose.

35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo1a? ¿Tribulación, o angustiab, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espadac?

36 Tal como está escrito:

«Por causa Tuya somos puestos a muerte todo el día;

Somos considerados como ovejas para el mataderoa».

37 Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amóa.

38 Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vidaa, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes1b,

39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Diosa que es en Cristo Jesús Señor nuestrob.

NBLA

About Nueva Biblia de las Américas

Nueva Biblia de las Américas (NBLA) (antes conocida como Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy) es una traducción Bíblica derivada de La Biblia de las Américas (LBLA). La NBLA fue inspirada por la creciente demanda de las nuevas generaciones de hispanos de hoy en los Estados Unidos de América y América Latina. Mientras la LBLA usa la forma de español "Vosotros", la NBLA usa la forma de español "Ustedes" e incorpora cualidades para ayudar al lector a entender más profundamente el texto. La NBLA es una traducción literal escrita en un español claro y digno de leerse. El vocabulario, la gramática y la estructura de las oraciones han sido cuidadosamente traducidas para una mayor comprensión, un claro entendimiento y más fácil de leer.

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