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Nueva Biblia de las Américas
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Regreso de las tribus del otro lado del Jordán

22 Entonces Josué llamó a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés,

2 y les dijo: «Ustedes han guardado todo lo que Moisés, siervo del Señor, les mandó, y han escuchado mi voz en todo lo que les mandéa.

3 »Hasta el día de hoy no han abandonado a sus hermanos durante este largo tiempo1, sino que ustedes han cuidado de guardar el mandamiento del Señor su Dios.

4 »Y ahora el Señor su Dios ha dado descanso a sus hermanos, como Él les había dicho. Vuelvan, pues, y vayan a sus tiendas, a la tierra de su posesión que Moisés, siervo del Señor, les dio al otro lado del Jordána.

5 »Solamente guarden cuidadosamente el mandamiento y la ley que Moisés, siervo del Señor, les mandó, de amar al Señor su Dios, andar en todos Sus caminos, guardar Sus mandamientosa y de allegarse1 a Él y servirle con todo su corazón y con toda su almab».

6 Josué los bendijoa y los despidió, y ellos se fueron a sus tiendas.

7 Moisés había dado a la media tribu de Manasés una posesión en Basána, pero a la otra media tribu Josué dio una posesión entre sus hermanos hacia el occidente, al otro lado del Jordánb. Y cuando Josué los mandó a sus tiendas, los bendijo,

8 y les dijo: «Vuelvan a sus tiendas con grandes riquezas, con mucho ganado, con plata, oro, bronce, hierro y con muchos vestidos. Repartan con sus hermanos el botín de sus enemigosa».

9 Entonces los rubenitas y los gaditas y la media tribu de Manasés, volvieron y se separaron de los israelitas en Silo, que está en la tierra de Canaán, para ir a la tierra de Galaad, a la tierra de su posesióna la cual ellos habían poseído, conforme al mandato1 del Señor por medio2 de Moisés.

El altar junto al Jordán

10 Cuando llegaron a la región del Jordán que está en la tierra de Canaán, los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, edificaron allí un altar junto al Jordán, un altar de aspecto grande.

11 Y los israelitas oyeron decir: «Los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés han edificado un altara en el límite1 de la tierra de Canaán, en la región del Jordán, en el lado que pertenece a los israelitas».

12 Cuando los israelitas oyeron esto, toda la congregación de los israelitas se reunió en Siloa para subir a pelear contra ellos.

13 Entonces los israelitas enviaron a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad, a Finees, hijo del sacerdote Eleazara,

14 y con él a diez jefes, un jefe por cada casa paterna de cada tribu de Israel. Cada uno de ellos era cabeza de la casa de sus padresa entre los millares1 de Israel.

15 Y vinieron a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, a la tierra de Galaad, y les dijeron:

16 «Así dice toda la congregación del Señor: “¿Qué infidelidad es esta que ustedes han cometido contra el Dios de Israel, apartándose hoy de seguir al Señor, edificándose un altara, y rebelándose hoy contra el Señor?

17 ”¿No nos es suficiente1 la iniquidad de Peor, de la cual no nos hemos limpiado hasta hoy, a pesar de que vino una plaga sobre la congregación del Señora,

18 para que también ustedes se aparten hoy de seguir al Señor? Y sucederá que si hoy se rebelan contra el Señor, mañana Él se enojará con toda la congregación de Israela.

19 ”Pero si la tierra de la posesión de ustedes es inmunda, entonces pasen1 a la tierra de la posesión del Señor, donde está2 el tabernáculo del Señor, y tomen posesión entre nosotros. Pero no se rebelen contra el Señor, ni se rebelen contra nosotros edificándose un altar aparte del altar del Señor nuestro Diosa.

20 ”¿No fue infiel Acán, hijo de Zera, en cuanto al anatema, y vino la ira sobre toda la congregación de Israel? Y aquel hombre no pereció solo en su iniquidada”».

21 Entonces los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés respondieron a las cabezas de las familias1 de Israel:

22 «¡El Poderoso Dios1, el Señor, el Poderoso Dios1, el Señora! Él lo sabe; que Israel mismo lo sepab. Si fue rebelión, o una infidelidad contra el Señor, que no nos salve2 hoy.

23 »Si nos hemos edificado un altar para apartarnos de seguir al Señor, o para ofrecer holocaustoa u ofrenda de cereal sobre él, o para ofrecer en él sacrificios de ofrendas de paz, que el Señor mismo nos lo demande.

24 »En verdad, hemos hecho esto más bien1 por temor, diciendo: “El día de mañana los hijos de ustedes pudieran decir a nuestros hijos2: ‘¿Qué tienen que ver ustedes con el Señor, Dios de Israel?

25 ’Porque el Señor ha puesto el Jordán por límite entre nosotros y ustedes, hijos de Rubén e hijos de Gad. Ustedes no tienen parte con el Señor’. Así sus hijos podrían hacer que nuestros hijos dejaran de temer al Señor”.

26 »Por tanto, dijimos: “Construyamos1 ahora un altar, no para holocaustos ni para sacrificios,

27 sino para que sea testigo entre nosotros y ustedesa, y entre nuestras generaciones después de nosotros, que hemos de cumplir el servicio del Señor delante de Él con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de pazb, para que en el día de mañana los hijos de ustedes no digan a nuestros hijos: ‘No tienen porción en el Señor’ ”.

28 »Nosotros, pues, dijimos: “Sucederá el día de mañana, que si nos dicen esto a nosotros o a nuestras generaciones, entonces diremos: ‘Vean la réplica del altar del Señor que nuestros padres edificaron, no para holocaustos ni para sacrificios, sino más bien como testigo entre nosotros y ustedes’ ”.

29 »Lejos esté de nosotros que nos rebelemos contra el Señor y nos apartemos de seguir hoy al Señor, construyendo un altar para holocaustos, para ofrenda de cereal o para sacrificios, aparte del altar del Señor nuestro Dios que está frente a Su tabernáculo1a».

30 Cuando el sacerdote Finees y los principales de la congregación, es decir, las cabezas de las familias1 de Israel que estaban con él, oyeron las palabras que dijeron los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, les pareció bien.

31 Y Finees, hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés: «Hoy sabemos que el Señor está en medio de nosotrosa, porque no han cometido esta infidelidad contra el Señor. Ahora han librado a los israelitas de la mano del Señorb».

32 Entonces Finees, hijo del sacerdote Eleazar, y los jefes, dejaron a los rubenitas y a los gaditas, y regresaron de la tierra de Galaad a la tierra de Canaán, a los israelitas, y les dieron respuesta1.

33 La respuesta1 agradó a los israelitas. Estos bendijeron a Diosa, y no hablaron más de subir a pelear contra ellos para destruir la tierra en que habitaban los rubenitas y los gaditas.

34 Y los rubenitas y los gaditas llamaron al altar Testigo; pues dijeron: «Es testigo entre nosotros de que el Señor es Diosa».

NBLA

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Nueva Biblia de las Américas (NBLA) (antes conocida como Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy) es una traducción Bíblica derivada de La Biblia de las Américas (LBLA). La NBLA fue inspirada por la creciente demanda de las nuevas generaciones de hispanos de hoy en los Estados Unidos de América y América Latina. Mientras la LBLA usa la forma de español "Vosotros", la NBLA usa la forma de español "Ustedes" e incorpora cualidades para ayudar al lector a entender más profundamente el texto. La NBLA es una traducción literal escrita en un español claro y digno de leerse. El vocabulario, la gramática y la estructura de las oraciones han sido cuidadosamente traducidas para una mayor comprensión, un claro entendimiento y más fácil de leer.

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