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Salmo 90:2–12

2 Antes que naciesen los montes

Y formases la tierra y el mundo,

Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

3 Vuelves al hombre hasta ser quebrantado,

Y dices: Convertíos, hijos de los hombres.

4 Porque mil años delante de tus ojos

Son como el día de ayer, que pasó,a

Y como una de las vigilias de la noche.

5 Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño,

Como la hierba que crece en la mañana.

6 En la mañana florece y crece;

A la tarde es cortada, y se seca.

7 Porque con tu furor somos consumidos,

Y con tu ira somos turbados.

8 Pusiste nuestras maldades delante de ti,

Nuestros yerros a la luz de tu rostro.

9 Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira;

Acabamos nuestros años como un pensamiento.

10 Los días de nuestra edad son setenta años;

Y si en los más robustos son ochenta años,

Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo,

Porque pronto pasan, y volamos.

11 ¿Quién conoce el poder de tu ira,

Y tu indignación según que debes ser temido?

12 Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,

Que traigamos al corazón sabiduría.

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