Cargando…

Mateo 10:1–25

Elección de los doce apóstoles

(Mr. 3.13–19; Lc. 6.12–16)

10

1Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. 2Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; 3Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, 4Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.

Misión de los doce

(Mr. 6.7–13; Lc. 9.1–6)

5A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, 6sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. 8Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. 9No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos;a 10ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.b 11Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis. 12Y al entrar en la casa, saludadla. 13Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. 14Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.c 15De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra,d que para aquella ciudad.e

Persecuciones venideras

16He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos;f sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. 17Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán; 18y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. 19Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. 20Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. 21El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir.g 22Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre;h mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.i 23Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.

24El discípulo no es más que su maestro,j ni el siervo más que su señor.k 25Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú,l ¿cuánto más a los de su casa?

Leer más



Un servicio de Software Bíblico Logos