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Hechos de los Apóstoles 10:9–19

9Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. 10Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; 11y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; 12en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. 13Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. 14Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. 15Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. 16Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo.

17Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. 18Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. 19Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.

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