Looking to help your church and family stay connected to the Word while social distancing?
Check out our free church library, church online resources, and family resources.
Lucas 10:1–15:32
Jesús envía a los setenta y dos
10:13–15, 10—Mt 11:21–23, 25–27
10 Después de esto, el Señor escogió a otros setenta y dos* para enviarlos de dos en dos delante de él a todo pueblo y lugar adonde él pensaba ir. 2 «Es abundante la cosecha—les dijo—, pero son pocos los obreros. Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que mande obreros a su campo. 3 ¡Vayan ustedes! Miren que los envío como corderos en medio de lobos. 4 No lleven monedero ni bolsa ni sandalias; ni se detengan a saludar a nadie por el camino.
5 »Cuando entren en una casa, digan primero: “Paz a esta casa.” 6 Si hay allí alguien digno de paz, gozará de ella; y si no, la bendición no se cumplirá.* 7 Quédense en esa casa, y coman y beban de lo que ellos tengan, porque el trabajador tiene derecho a su sueldo. No anden de casa en casa.
8 »Cuando entren en un pueblo y los reciban, coman lo que les sirvan. 9 Sanen a los enfermos que encuentren allí y díganles: “El reino de Dios ya está cerca de ustedes.” 10 Pero cuando entren en un pueblo donde no los reciban, salgan a las plazas y digan: 11 “Aun el polvo de este pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos en protesta contra ustedes. Pero tengan por seguro que ya está cerca el reino de Dios.” 12 Les digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma que para ese pueblo.
13 »¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Si se hubieran hecho en Tiro y en Sidón los milagros que se hicieron en medio de ustedes, ya hace tiempo que se habrían arrepentido con grandes lamentos.* 14 Pero en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para ustedes. 15 Y tú, Capernaúm, ¿acaso serás levantada hasta el cielo? No, sino que descenderás hasta el abismo.
16 »El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió.»
17 Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos:
—Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.
18 —Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo—respondió él—. 19 Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada les podrá hacer daño. 20 Sin embargo, no se alegren de que puedan someter a los espíritus, sino alégrense de que sus nombres están escritos en el cielo.
21 En aquel momento Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños. Sí, Padre, porque esa fue tu buena voluntad.
22 »Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelárselo.»
23 Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. 24 Les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.»
10:25–28—Mt 22:34–40; Mr 12:28–31
25 En esto se presentó un experto en la ley y, para poner a prueba a Jesús, le hizo esta pregunta:
—Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?
—¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la interpretas tú?
27 Como respuesta el hombre citó:
—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”,* y: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”*
28 —Bien contestado—le dijo Jesús—. Haz eso y vivirás.
29 Pero él quería justificarse, así que le preguntó a Jesús:
—¿Y quién es mi prójimo?
—Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones. Le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Resulta que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. 32 Así también llegó a aquel lugar un levita, y al verlo, se desvió y siguió de largo. 33 Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él. 34 Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. 35 Al día siguiente, sacó dos monedas de plata* y se las dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo—le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva.” 36 ¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?
37 —El que se compadeció de él—contestó el experto en la ley.
—Anda entonces y haz tú lo mismo—concluyó Jesús.
38 Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. 39 Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. 40 Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo:
—Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!
41 —Marta, Marta—le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, 42 pero sólo una es necesaria.* María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.
11 Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos:
—Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos.
—Cuando oren, digan:
»“Padre,*
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.*
3 Danos cada día nuestro pan cotidiano.*
4 Perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden.*
Y no nos metas en tentación.”*
5 »Supongamos—continuó—que uno de ustedes tiene un amigo, y a medianoche va y le dice: “Amigo, préstame tres panes, 6 pues se me ha presentado un amigo recién llegado de viaje, y no tengo nada que ofrecerle.” 7 Y el que está adentro le contesta: “No me molestes. Ya está cerrada la puerta, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte nada.” 8 Les digo que, aunque no se levante a darle pan por ser amigo suyo, sí se levantará por su impertinencia y le dará cuanto necesite.
9 »Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. 10 Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
11 »¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo le pide* un pescado, le dará en cambio una serpiente? 12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!
11:14–15, 11, 11—Mt 12:22, 24–29, 43–45
14 En otra ocasión Jesús expulsaba de un hombre a un demonio que lo había dejado mudo. Cuando salió el demonio, el mudo habló, y la gente se quedó asombrada. 15 Pero algunos dijeron: «Éste expulsa a los demonios por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios.» 16 Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo.
17 Como él conocía sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y una casa dividida contra sí misma se derrumbará.* 18 Por tanto, si Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo puede mantenerse en pie su reino? Lo pregunto porque ustedes dicen que yo expulso a los demonios por medio de Beelzebú. 19 Ahora bien, si yo expulso a los demonios por medio de Beelzebú, ¿los seguidores de ustedes por medio de quién los expulsan? Por eso ellos mismos los juzgarán a ustedes. 20 Pero si expulso a los demonios con el poder* de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el reino de Dios.
21 »Cuando un hombre fuerte y bien armado cuida su hacienda, sus bienes están seguros. 22 Pero si lo ataca otro más fuerte que él y lo vence, le quita las armas en que confiaba y reparte el botín.
23 »El que no está de mi parte, está contra mí; y el que conmigo no recoge, esparce.
24 »Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa, de donde salí.” 25 Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. 26 Luego va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial.»
27 Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer de entre la multitud exclamó:
—¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te amamantó!*
28 —Dichosos más bien—contestó Jesús—los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.
29 Como crecía la multitud, Jesús se puso a decirles: «Ésta es una generación malvada. Pide una señal milagrosa, pero no se le dará más señal que la de Jonás. 30 Así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, también lo será el Hijo del hombre para esta generación. 31 La reina del Sur se levantará en el día del juicio y condenará a esta gente; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí tienen ustedes a uno más grande que Salomón. 32 Los ninivitas se levantarán en el día del juicio y condenarán a esta generación; porque ellos se arrepintieron al escuchar la predicación de Jonás, y aquí tienen ustedes a uno más grande que Jonás.
33 »Nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con un cajón, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz. 34 Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad.* 35 Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad. 36 Por tanto, si todo tu ser disfruta de la luz, sin que ninguna parte quede en la oscuridad, estarás completamente iluminado, como cuando una lámpara te alumbra con su luz.»
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* | |
* |
Sign Up to Use Our
Free Bible Study Tools
Sign up for the Verse of the Day
Get beautiful Bible art delivered to your inbox. We’ll send you a new verse every day to download or share.