¡Cuán bueno, SEÑOR, es darte gracias
y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre;
proclamar tu gran amor por la mañana,
y tu fidelidad por la noche,
al son del decacordio y de la lira;
al son del arpa y del salterio!
Tú, SEÑOR, me llenas de alegría con tus maravillas;
por eso alabaré jubiloso las obras de tus manos.
Oh SEÑOR, ¡cuán imponentes son tus obras,
y cuán profundos tus pensamientos!
Los insensatos no...
Psalm 92:1–15