Más vale ser pobre e intachable
que necio y embustero.
El afán sin conocimiento no vale nada;
mucho yerra quien mucho corre.
La necedad del hombre le hace perder el rumbo,
y para colmo su corazón se irrita contra el SEÑOR.
Con las riquezas aumentan los amigos,
pero al pobre hasta su amigo lo abandona.
El testigo falso no quedará sin castigo;
el que esparce mentiras no saldrá bien librado.
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Proverbs 19:1–29