»¿Acaso roba el hombre a Dios? ¡Ustedes me están robando!
»Y todavía preguntan: “¿En qué te robamos?”
»En los diezmos y en las ofrendas. Ustedes—la nación entera—están bajo gran maldición, pues es a mí a quien están robando.
»Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto—dice el SEÑOR Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. Exterminaré a la langosta,...
Malachi 3:8–12