Escucha, pueblo de Israel, la palabra del SEÑOR. Dice así:
«No aprendan ustedes la conducta de las naciones,
ni se aterroricen ante las señales del cielo,
aunque las naciones les tengan miedo.
Las costumbres de los pueblos
no tienen valor alguno.
Cortan un tronco en el bosque,
y un artífice lo labra con un cincel.
Lo adornan con oro y plata,
y lo afirman con clavos y martillo
para que no se tambalee.
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Jeremiah 10:1–16