Así dice el SEÑOR:
«El cielo es mi trono,
y la tierra, el estrado de mis pies.
¿Qué casa me pueden construir?
¿Qué morada me pueden ofrecer?
Fue mi mano la que hizo todas estas cosas;
fue así como llegaron a existir
—afirma el SEÑOR—.
»Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu,
a los que tiemblan ante mi palabra.
Pero los que sacrifican toros
son como los que matan hombres;
los que...
Isaiah 66:1–24