Naciones, ¡acérquense a escuchar!
Pueblos, ¡presten atención!
¡Que lo oiga la tierra, y todo lo que hay en ella;
el mundo, y todo lo que él produce!
El SEÑOR está enojado con todas las naciones,
airado con todos sus ejércitos.
Él los ha destruido por completo,
los ha entregado a la matanza.
Serán arrojados sus muertos,
hedor despedirán sus cadáveres,
su sangre derretirá las montañas.
Se desintegrarán...
Isaiah 34:1–17