Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirige:
«Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor
ni te desanimes cuando te reprenda,
porque el Señor disciplina a los que ama,
y azota a todo el que recibe como hijo.»
Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben,...
Hebrews 12:5–11