Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor.
Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas.
Hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Señor.
Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se desanimen.
Colossians 3:18–21