Cuando el dragón se vio arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al varón. Pero a la mujer se le dieron las dos alas de la gran águila, para que volara al desierto, al lugar donde sería sustentada durante un tiempo y tiempos y medio tiempo, lejos de la vista de la serpiente. La serpiente, persiguiendo a la mujer, arrojó por sus fauces agua como un río, para que la corriente la arrastrara. Pero la tierra ayudó a la mujer: abrió la boca y se tragó el río que el dragón...
Revelation 12:13–17