El SEÑOR omnipotente me mostró en una visión una canasta de fruta madura, y me preguntó:
—¿Qué ves, Amós?
—Una canasta de fruta madura—respondí.
Entonces el SEÑOR me dijo:
—Ha llegado el tiempo de que Israel caiga como fruta madura; no volveré a perdonarlo.
»En aquel día—afirma el SEÑOR omnipotente—, las canciones del palacio se volverán lamentos. ¡Muchos serán los cadáveres tirados por todas partes! ¡Silencio!
Oigan esto, los que pisotean a los necesitados
y...
Amos 8:1–14