Me alegré cuando me dijeron:
«Vayamos a la casa del SEÑOR».
Y ahora, aquí estamos,
de pie dentro de tus puertas, oh Jerusalén.
Jerusalén es una ciudad bien construida;
sus murallas compactas son impenetrables.
Todas las tribus de Israel —que son el pueblo del SEÑOR—
peregrinan hasta aquí.
Vienen a dar gracias al nombre del SEÑOR,
como la ley requiere de Israel.
Psalm 122:1–4