Cierto día, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa llegaron desde Jerusalén para ver a Jesús. Notaron que algunos de sus discípulos no seguían el ritual judío de lavarse las manos antes de comer. (Los judíos, sobre todo los fariseos, no comen si antes no han derramado agua sobre el hueco de sus manos, como exigen sus tradiciones antiguas. Tampoco comen nada del mercado sin antes sumergir sus manos en agua. Ésa es sólo una de las tantas tradiciones a las que se han aferrado, tal como...
Mark 7:1–37