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Salmo 2–7

Salmo 2

El reino del Ungido del Señor

1 ¿Por qué se sublevan las naciones1a,

Y los pueblos traman cosas vanasb?

2 Se levantan los reyes de la tierraa,

Y los gobernantes traman unidos

Contra el Señorb y contra Su Ungido1c, diciendo:

3 «¡Rompamos Sus cadenasa

Y echemos de nosotros Sus cuerdas!».

4 El que se sienta como Rey en los cielos se ríea,

El Señor se burla de ellosb.

5 Luego les hablará en Su iraa,

Y en Su furor los aterrará, diciendo:b

6 «Pero Yo mismo he consagrado a Mi Reya

Sobre Sión, Mi santo monteb».

7 «Ciertamente anunciaré el decreto del Señor

Que me dijo: “Mi Hijo eres Tú,

Yo te he engendrado hoya.

8 -”Pídeme, y te daréa las naciones como herencia Tuyab,

Y como posesión Tuya los confines de la tierrac.

9 -”Tú los quebrantarás con vara1 de hierroa;

Los desmenuzarás como vaso de alfarerob”».

10 Ahora pues, oh reyes, muestren discernimientoa;

Reciban amonestación, oh jueces de la tierra.

11 Adoren1 al Señor con reverenciaa,

Y alégrense con temblorb.

12 Honren al Hijoa para que no se enoje y perezcan en el camino,

Pues puede inflamarse de repente Su ira.

¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él se refugianb!

Salmo 3

Oración matutina de confianza en Dios

Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalóndag.

1 ¡Oh Señor, cómo se han multiplicado mis adversariosa!

Muchos se levantan contra mí.

2 Muchos dicen de mí1:

«Para él no hay salvación en Diosa».

(Selah)

3 Pero Tú, oh Señor, eres escudo en derredor míoa,

Mi gloriab, y el que levanta mi cabezac.

4 Con mi voz clamé al Señor,

Y Él me respondióa desde Su santo monteb.

(Selah)

5 Yo me acosté y me dormía;

Desperté, pues el Señor me sostiene.

6 No temeréa a los diez millares de enemigos

Que se han puesto en derredor contra míb.

7 ¡Levántatea, Señor! ¡Sálvame, Dios míob!

Porque Tú hieres a todos mis enemigos en la mejillac;

Rompes los dientes de los impíosd.

8 La salvación es del Señora.

¡Sea sobre Tu pueblo Tu bendiciónb!

(Selah)

Salmo 4

Oración vespertina de confianza en Dios

Para el director del coro; para instrumentos de cuerda. Salmo de David.

1 Cuando clamoa, respóndemeb, oh Dios de mi justicia.

En la angustia me has aliviadoc;

Ten piedad de míd, escucha mi oracióne.

2 Hijos de hombres, ¿hasta cuándo cambiarán mi honra1a en deshonrab?

¿Hasta cuándo amarán la vanidadc y buscarán la mentirad?

(Selah)

3 Sepan, pues, que el Señor ha apartadoa al piadosob para sí;

El Señor oye cuando a Él clamoc.

4 Tiemblena, y no pequenb;

Mediten en su corazón sobre su lechoc, y callen.

(Selah)

5 Ofrezcan sacrificios de justiciaa,

Y confíen en el Señorb.

6 Muchos dicen: «¿Quién nos mostrará el biena

¡Alza, oh Señor, sobre nosotros la luz de Tu rostrob!

7 Alegría pusiste en mi corazóna,

Mayor que la de ellos cuando abundan su grano y su vino nuevo.

8 En paz me acostaré y así también dormiréa,

Porque solo Tú, Señor, me haces vivir segurob.

Salmo 5

Oración pidiendo protección de los malos

Para el director del coro; para acompañamiento de flauta. Salmo de David.

1 Escucha mis palabras, oh Señora;

Considera mi lamentob.

2 Atiende a la voz de mi clamora, Rey mío y Dios míob,

Porque es a Ti a quien oro.

3 Oh Señor, de mañana oirás mi voz;

De mañana presentaré mi oración a Tia,

Y con ansias esperaréb.

4 Porque Tú no eres un Dios que se complace en la maldada;

El mal no mora en Tib.

5 Los que se ensalzana no estarán delante de Tus ojosb;

Aborreces a todos los que hacen iniquidadc.

6 Destruyes a los que hablan falsedada;

El Señor aborrece al hombre sanguinario y engañadorb.

7 Pero yo, por la abundancia de Tu misericordiaa entraré en Tu casa;

Me postraréb en Tu santo templo con reverenciac.

8 Señor, guíamea en Tu justiciab por causa de mis enemigos;

Allana delante de mí Tu caminoc.

9 Porque no hay sinceridad en lo que dicena;

Destrucción son sus entrañasb,

Sepulcro abierto es su garganta;

Con su lengua hablan lisonjasc.

10 Tenlos por culpables, oh Dios;

¡Que caigan por sus mismas intrigasa!

Échalos fuera por la multitud de sus transgresionesb,

Porque se rebelan contra Tic.

11 Pero alégrensea todos los que en Ti se refugianb;

Para siempre canten con júbilo,

Porque Tú los protegesc;

Regocíjense en Ti los que aman Tu nombred.

12 Porque Tú, oh Señor, bendices al justoa,

Como con un escudo lo rodeas de Tu favorb.

Salmo 6

Oración pidiendo misericordia en la prueba

Para el director del coro; con instrumentos de cuerda, sobre una lira de ocho cuerdas. Salmo de David.

1 Señor, no me reprendas en Tu ira,

Ni me castigues en Tu furora.

2 Ten piedad de mí, Señor, porque estoy sin fuerzaa;

Sánameb, Señor, porque mis huesos se estremecenc.

3 Mi alma también está muy angustiadaa;

Y Tú, oh Señor, ¿hasta cuándob?

4 Vuélvete, Señor, rescata mi almaa;

Sálvame por Tu misericordia.

5 Porque no hay en la muerte memoria de Ti;

En el Seol, ¿quién te da graciasa?

6 Cansado estoy de mis gemidosa;

Todas las noches inundo de llanto mi lecho,

Con mis lágrimasb riego mi cama.

7 Se consumen de sufrir mis ojosa;

Han envejecido a causa de todos mis adversarios.

8 Apártense de mí, todos ustedes que hacen iniquidada,

Porque el Señor ha oído la voz de mi llantob.

9 El Señor ha escuchado mi súplicaa;

El Señor recibe mi oraciónb.

10 Todos mis enemigos serán avergonzadosa y se turbarán en gran manera;

Se volverán, y de repenteb serán avergonzados.

Salmo 7

Plegaria del justo perseguido

Sigaión de David, que cantó al Señor acerca de Cus, el benjamita.

1 Oh Señor, Dios mío, en Ti me refugioa;

Sálvame de todo el que me persigue, y líbrameb,

2 No sea que alguno desgarre mi vida como leóna,

Y me despedace sin que haya quien me libre.

3 Oh Señor, Dios mío, si yo he hecho esto,

Si hay en mis manos injusticiaa,

4 Si he pagado con el mal al que estaba en paz conmigoa,

O he despojadob al que sin causa era mi adversario,

5 Que el enemigo me persiga y me alcance;

Que pisotee en tierra mi vida

Y eche en el polvo mi gloria.

(Selah)

6 Levántatea, oh Señor, en Tu ira;

Álzateb contra la furia de mis adversariosc,

Y despiértate en favor míod; Tú has establecido juicio.

7 Que te rodee la asamblea de los pueblosa,

Y Tú en lo alto regresa sobre ella.

8 El Señor juzga a los pueblosa.

Júzgame oh Señor, conforme a mi justicia y a la integridad que hay en míb.

9 Que se acabe la maldad de los impíosa, pero establece Tú al justob,

Porque el Dios justo prueba los corazones y las mentesc.

10 Mi escudo está en Diosa,

Que salva a los rectos de corazónb.

11 Dios es juez justoa,

Y un Dios que se indigna cada día contra el impíob.

12 Y si el impío no se arrepientea, Él afilará Su espadab;

Tensado y preparado está Su arcoc.

13 Ha preparado también Sus armas de muerte;

Hace de Sus flechas saetas ardientesa.

14 Miren, el impío con la maldad sufre dolores,

Y concibe la iniquidada y da a luz el engaño.

15 Ha cavado una fosa y la ha ahondado,

Y ha caído en el hoyo que hizoa.

16 Su iniquidad volverá sobre su cabezaa,

Y su violencia descenderá sobre su coronillab.

17 Daré gracias al Señor conforme a Su justiciaa,

Y cantaré alabanzas al nombre del Señor, el Altísimob.

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