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Proverbios 27–28

27 No te gloríes del día de mañanaa,

Porque no sabes qué traerá el díab.

2 Que te alabe el extraño, y no tu boca;

El extranjero, y no tus labiosa.

3 Pesada es la piedra y pesada la arena,

Pero la provocación del necio es más pesada que ambas.

4 Cruel es el furor e inundación la ira;

Pero ¿quién se mantendrá ante los celosa?

5 Mejor es la reprensión francaa

Que el amor encubierto.

6 Fieles son las heridas del amigoa,

Pero engañosos1 los besos del enemigo2b.

7 El hombre1 saciado aborrece2 la miel,

Pero para el hombre1 hambriento todo lo amargo le es dulce.

8 Como pájaro que vaga lejos de su nidoa,

Así es el hombre que vaga lejos de su hogar1b.

9 El ungüentoa y el perfume alegran el corazón,

Y dulce para su amigo es el consejo del hombre1.

10 No abandones a tu amigoa ni al amigo de tu padreb,

Ni vayas a la casa de tu hermano el día de tu infortunio.

Mejor es un vecino cerca que un hermano lejos.

11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazóna,

Para que yo responda al que me afrentab.

12 El hombre prudente ve el mal y se esconde,

Los simples siguen adelante y pagan las consecuencias.

13 Tómale la ropa al que1 sale fiador del extraño;

Y tómale prenda por la mujer desconocida2a.

14 Al que muy de mañana bendice a su amigo en alta voz,

Le será contado como una maldicióna.

15 Gotera constante en día de lluvia

Y mujer rencillosa, son semejantesa;

16 El que trata de contenerla1, es como refrenar2 al viento

Y recoger3 aceite con su mano derecha.

17 El hierro con hierro se afila,

Y un hombre aguza a otro1.

18 El que cuida la higuera comerá su frutoa,

Y el que atiende a su señor será honradob.

19 Como el agua refleja el rostro1,

Así el corazón del hombre refleja al hombre.

20 El Seol1 y el Abadón2a nunca se sacianb;

Tampoco se sacian los ojos del hombrec.

21 El crisol es para la plata y el horno para el oroa,

Y al hombre se le prueba por la alabanza que recibeb.

22 Aunque machaques con el mazo al necio en un mortero entre el grano molido,

No se apartará de él su necedada.

23 Conoce bien la condición1 de tus rebaños,

Y presta atención2 a tu ganadoa;

24 Porque las riquezas no son eternas,

Ni perdurará la corona por todas las generacionesa.

25 Cuando la hierba desaparece se ve el retoño,

Y se recogen las hierbas de los montesa;

26 Los corderos darán para tu vestido,

Y las cabras para el precio de un campo,

27 Y habrá suficiente leche de cabra para tu alimento,

Para el alimento de tu casa,

Y sustento para tus doncellas.

Proverbios antitéticos

28 El impío huye sin que nadie lo persigaa,

Pero los justos están confiados como un león.

2 Por la transgresión de la tierra, muchos son sus príncipesa;

Pero por el hombre entendido y de conocimiento permanece estable1b.

3 El pobre que oprime a los humildesa

Es como lluvia torrencial que no deja1 pan.

4 Los que abandonan la ley alaban a los impíosa,

Pero los que guardan la ley luchan contra ellosb.

5 Los hombres malvados no entienden de justicia1a,

Pero los que buscan al Señor lo entienden todob.

6 Mejor es el pobre que anda en su integridada

Que el que es perverso1, aunque sea rico.

7 El que guarda la ley es hijo entendido,

Pero el que es compañero de glotonesa avergüenza a su padre.

8 El que aumenta su riqueza por interés y usuraa,

La recoge para el que se apiada de los pobresb.

9 Al que aparta su oído para no oír la ley,

Su oración también es abominacióna.

10 El que extravía a los rectos por el mal camino

En su propia fosa caeráa,

Pero los íntegros1 heredarán el bienb.

11 El rico es sabio ante sus propios ojosa,

Pero el pobre que es entendido, lo sondea1.

12 Cuando los justos triunfan, grande es la gloriaa,

Pero cuando los impíos se levantan, los hombres se esconden1b.

13 El que encubre sus pecados no prosperaráa,

Pero el que los confiesa y los abandona hallará misericordiab.

14 Cuán bienaventurado es el hombre que siempre temea,

Pero el que endurece su corazón caerá en el infortuniob.

15 Cual león rugientea y oso agresivo

Es el gobernante perverso sobre el pueblo pobreb.

16 Al príncipe que es gran opresor le falta entendimientoa,

Pero el que odia las ganancias injustas prolongará sus días.

17 El hombre cargado con culpa de sangre humana,

Fugitivo será hasta la muerte1a; que nadie lo apoye.

18 El que anda en integridad1 será salvo,

Pero el que es de camino torcido2 caerá de repentea.

19 El que labra su tierra se saciará de pana,

Pero el que sigue propósitos vanos se llenará de pobreza.

20 El hombre fiel abundará en bendicionesa,

Pero el que se apresura a enriquecerse no quedará sin castigob.

21 Hacer acepción de personas1 no es buenoa,

Pues por un bocado de pan el hombre pecaráb.

22 El hombre avaro1a corre tras la riquezab

Y no sabe que la miseria vendrá sobre él.

23 El que reprende al hombrea hallará después más favor

Que el que lo lisonjea con la lenguab.

24 El que roba a su padre o a su madrea

Y dice: «No es transgresión»,

Es compañero del hombre destructorb.

25 El hombre arrogante1 provoca rencillasa,

Pero el que confía en el Señor prosperará2b.

26 El que confía en su propio corazóna es un necio,

Pero el que anda con sabiduría será librado.

27 El que da al pobre no pasará necesidada,

Pero el que cierra1 sus ojos tendrá muchas maldiciones.

28 Cuando los impíos se levantan, los hombres se esconden;

Pero cuando perecen, los justos se multiplican.

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