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Proverbios 14–23

14 La mujer sabia edifica su casaa,

Pero la necia la derriba con sus manos.

2 El que anda en rectituda teme al Señor,

Pero el de perversos caminosb lo desprecia.

3 En la boca del necio hay una vara para su espalda1,

Pero los labios de los sabios los protegerána.

4 Donde no hay bueyes, el pesebre está limpio,

Pero mucho rendimiento se obtiene por la fuerza del buey.

5 El testigo veraza no mentirá,

Pero el testigo falsob habla1 mentirasc.

6 El insolente busca sabiduría y no la halla,

Pero para el hombre entendido el conocimiento es fácil.

7 Apártate de la presencia del necioa,

Porque en él no discernirás1 palabras2 de conocimiento.

8 La sabiduría del prudente está en entender su camino,

Pero la necedad de los necios es engañoa.

9 Los necios se ríen del pecado1,

Pero entre los rectos hay buena voluntad2a.

10 El corazón conoce su propia amarguraa,

Y un extraño no comparte su alegría.

11 La casa de los impíos será destruidaa,

Pero la tienda de los rectos florecerá.

12 Hay camino que al hombre le parece derechoa,

Pero al final, es camino de muerteb.

13 Aun en la risa, el corazón puede tener dolor,

Y el final de la alegría puede ser tristezaa.

14 El de corazón descarriado se saciará de sus caminosa,

Pero el hombre bueno estará satisfecho con el suyo1b.

15 El simple todo lo cree,

Pero el prudente mira bien sus pasos.

16 El sabio teme y se aparta del mala,

Pero el necio es arrogante y descuidado.

17 El hombre pronto a la ira obra neciamente,

Y el hombre de malos designios es aborrecido.

18 Los simples heredan necedad,

Pero los prudentes son coronados de conocimiento.

19 Los malos se inclinarán ante los buenosa,

Y los impíos, a las puertas del justo.

20 Aun por su vecino es odiado el pobrea,

Pero muchos son los que aman al rico.

21 El que desprecia a su prójimo pecaa,

Pero es feliz el que se apiada de los pobres1b.

22 ¿No se perderán los que traman el mala?

Pero misericordia y verdad recibirán los que planean el bien.

23 En todo trabajo hay ganancia,

Pero el vano hablar1 conduce solo a la pobreza.

24 La corona de los sabios es su riquezaa,

Pero la necedad de los necios es insensatez.

25 El testigo veraz salva vidas,

Pero el que habla1 mentirasa es traidor2.

26 En el temor1 del Señor hay confianza seguraa,

Y a los2 hijos dará refugio.

27 El temor1 del Señor es fuente de vida,

Para evadir los lazos de la muerte.

28 En la multitud del pueblo está la gloria del rey,

Pero en la falta de pueblo está la ruina del príncipe.

29 El lento para la iraa tiene gran prudencia,

Pero el que es irascible1 ensalza la necedad.

30 Un corazón apacible es vida para el cuerpoa,

Pero las pasiones son podredumbre de los huesosb.

31 El que oprime al pobre afrenta a su Hacedora,

Pero el que se apiada del necesitado lo honra.

32 El impío es derribado por su maldad1a,

Pero el justo tiene un refugio cuando muereb.

33 En el corazón del prudente reposa la sabiduría,

Pero en medio1 de los necios no se da a conocer.

34 La justicia engrandece a la nación,

Pero el pecado es afrenta para los pueblos.

35 El favor del rey es para el siervo que obra sabiamentea,

Pero su enojo es contra el que obra vergonzosamente.

15 La suave respuesta aparta el furora,

Pero la palabra hiriente hace subir la irab.

2 La lengua del sabio hace grato1 el conocimientoa,

Pero la boca de los necios habla2 necedadesb.

3 En todo lugar están los ojos del Señora,

Observando a los malos y a los buenos.

4 La lengua apacible1 es árbol de vida,

Pero la perversidad en ella quebranta el2 espíritu.

5 El necio rechaza1 la disciplina2 de su padre,

Pero es prudente el que acepta la reprensión.

6 En la casa del justo hay mucha riquezaa,

Pero en las ganancias del impío hay turbación.

7 Los labios de los sabios esparcen conocimiento,

Pero no así el corazón de los necios.

8 El sacrificio de los impíos es abominación al Señora,

Pero la oración de los rectos es Su deleiteb.

9 Abominación al Señor es el camino del impío,

Pero Él ama al que sigue la justiciaa.

10 La disciplina severa es para el que abandona el camino;

El que aborrece la reprensión morirá.

11 El Seol1 y el Abadón2 están delante del Señora,

¡Cuánto más los corazones de los hombres3b!

12 El insolente no ama al que lo reprendea,

Ni se allegará a los sabios.

13 El corazón gozosoa alegra el1 rostro,

Pero en la tristeza del corazónb se quebranta el espírituc.

14 El corazón inteligente busca conocimientoa,

Pero la boca de los necios se alimenta de necedades.

15 Todos los días del afligido son malos,

Pero el de corazón alegre1 tiene un banquete continuo.

16 Mejor es poco con temor1 del Señor,

Que gran tesoro con turbacióna.

17 Mejor es un plato1 de legumbres2 donde hay amora,

Que buey engordadob con odio.

18 El hombre irascible provoca riñasa,

Pero el lento para la irab apacigua pleitosc.

19 El camino del perezoso es como un seto de espinos,

Pero la senda de los rectos es una calzada.

20 El hijo sabio alegra al padrea,

Pero el hombre necio desprecia a su madreb.

21 La necedad es alegría para el insensato1,

Pero el hombre inteligente anda rectamentea.

22 Sin consulta, los planes se frustran,

Pero con muchos consejeros, triunfan1.

23 El hombre se alegra con la respuesta adecuada1a,

Y una palabra a tiempo, ¡cuán agradable esb!

24 La senda de la vida para el sabioa es hacia arriba

Para que se aparte del Seol1 que está abajo.

25 El Señor derribará la casa de los soberbiosa,

Pero afianzará los linderosb de la viudac.

26 Abominación al Señor son los planes perversos,

Pero son puras las palabras agradables.

27 Perturba su casa el que tiene ganancias ilícitasa,

Pero el que aborrece el sobornob, vivirá.

28 El corazón del justo medita cómo respondera,

Pero la boca de los impíos habla1 lo malob.

29 El Señor está lejos de los impíosa,

Pero escucha la oración de los justosb.

30 La luz de los ojos alegra el corazón,

Y las buenas noticias fortalecen1 los huesos.

31 Aquel cuyo oído escucha las reprensiones de la vida

Morará entre los sabios.

32 El que tiene en poco la disciplina1a se desprecia a sí mismob,

Pero el que escucha las reprensiones adquiere entendimiento2c.

33 El temor1 del Señor es instrucción de sabiduría,

Y antes de la gloria está la humildad.

Vida y conducta

16 Los propósitos del corazóna son del hombre,

Pero la respuesta de la lengua es del Señor.

2 Todos los caminos del hombre son limpios ante sus propios ojos,

Pero el Señor sondea1 los espíritusa.

3 Encomienda1 tus obras al Señora,

Y tus propósitos se afianzarán.

4 Todas las cosas hechas por el Señor tienen1 su propio fina,

Hasta el impío, para el día del malb.

5 Abominación al Señor es todo el que es altivo de corazón;

Ciertamente no quedará sin castigo.

6 Con misericordia y verdad se expía la culpaa,

Y con el temor1 del Señor el hombre se aparta del malb.

7 Cuando los caminos del hombre son agradables al Señor,

Aun a sus enemigos hace que estén en paz con éla.

8 Mejor es poco con justicia,

Que gran ganancia con injusticia.

9 La mente del hombre planea su caminoa,

Pero el Señor dirige sus pasosb.

10 Decisión divina hay en los labios del reya;

En el juicio no debe errar1 su boca.

11 El peso y las balanzas justas son del Señora;

Todas las pesas1 de la bolsa son obra Suya.

12 Es abominación para los reyes cometer iniquidad,

Porque el trono se afianza en la justiciaa.

13 El agrado de los reyes son los labios justos,

Y amado será el que hable lo recto.

14 El furor del rey es como mensajero de muerte,

Pero el hombre sabio lo aplacará.

15 En el resplandor del rostro del rey hay vida,

Y su favor es como nube de lluvia tardíaa.

16 Adquirir sabiduría, cuánto mejor que el oro,

Y adquirir inteligencia es preferible a la plataa.

17 La senda1 de los rectos es apartarse del mal;

El que guarda su camino preserva su almaa.

18 Delante de la destrucción va el orgullo,

Y delante de la caídaa, la arrogancia de espíritu.

19 Mejor es ser de espíritu humildea con los pobres

Que dividir el botínb con los soberbios.

20 El que pone atención a la palabra hallará el biena,

Y el que confía en el Señor es bienaventuradob.

21 El sabio de corazón será llamado prudentea,

Y la dulzura de palabras1 aumenta la persuasión2b.

22 El entendimiento es fuente de vida para el que lo posee,

Pero la instrucción1 de los necios es necedad.

23 El corazón del sabio enseña a su bocaa

Y añade persuasión1 a sus labios.

24 Panal de miel son las palabras agradablesa,

Dulces al alma y salud para los huesosb.

25 Hay camino que al hombre le parece derecho,

Pero al final es camino de muertea.

26 El apetito1 del trabajador para él trabaja,

Porque su boca lo impulsa.

27 El hombre indigno planea1 el mala,

Y sus palabras son2 como fuego abrasadorb.

28 El hombre perverso provoca1 pleitos,

Y el chismoso separa a los mejores amigos.

29 El hombre violento provoca a su prójimo

Y lo guía por camino que no es buenoa.

30 El que guiña los ojos lo hace para tramar perversidades;

El que aprieta los labios ya hizo el mal.

31 La cabeza canosa es corona de gloriaa,

Y se encuentra en el camino de la justiciab.

32 Mejor es el lento para la ira que el poderoso,

Y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad.

33 La suerte se echaa en el regazo,

Pero del Señorb viene toda1 decisión.

17 Mejor es un bocado seco y con él tranquilidad,

Que una casa llena de banquetes con discordia1a.

2 El siervo prudente prevalecerá sobre el hijo sin honra,

Y con1 los hermanos participará de la herencia.

3 El crisol es para la plata y el horno para el oroa,

Pero el Señor prueba los corazonesb.

4 El malhechor escucha a los labios perversosa;

El mentiroso1 presta atención a la lengua detractora.

5 El que se burla del pobre afrenta a su Hacedora;

El que se regocija de la desgraciab no quedará sin castigo.

6 Corona de los ancianos son los nietosa,

Y la gloria de los hijos son sus padresb.

7 No convienen al necio las palabras elocuentes1a,

Mucho menos al príncipe los labios mentirososb.

8 Talismán1 es el sobornoa a los ojos de su dueño;

Dondequiera que se vuelva, prospera.

9 El que cubre una falta busca afectoa,

Pero el que repite el asunto separa a los mejores amigosb.

10 La reprensión penetra más en el que tiene entendimiento

Que cien azotes en el necio.

11 El rebelde solo busca el mal,

Y un cruel

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