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Apocalipsis 2–10

Mensaje a la iglesia de Éfeso

2 »Escribe al ángel de la iglesia en Éfesoa:

El que tiene las siete estrellasb en Su mano derecha, Aquel que anda entre1 los siete candelabrosc de oro, dice esto:

2 Yo conozco tus obras, tu fatiga y tu perseveranciaa, y que no puedes soportar a los malos, y has sometido a pruebab a los que se dicen ser apóstolesc y no lo son, y los has hallado mentirosos.

3 Tienes perseverancia, y has sufrido por Mi nombrea y no has desmayado.

4 Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amora.

5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntetea, y haz las obras que hiciste al principio1b. Si no, vendré2 a ti y quitaré tu candelabro de su lugarc, si no te arrepientes.

6 Sin embargo tienes esto: que aborreces las obras de los nicolaítasa, las cuales Yo también aborrezco.

7 El que tiene oídoa, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor1b le daré a comer del árbol de la vidac, que está en el paraíso de Diosd’ ”».

Mensaje a la iglesia de Esmirna

8 «Escribe al ángel de la iglesia en Esmirnaa:

El Primero y el Últimob, el que estuvo muerto y ha vuelto a la vidac, dice esto:

9 Yo conozco1 tu tribulacióna y tu pobrezab (pero eres ricob), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo sonc, sino que son sinagoga de Satanásd.

10 No temas lo que estás por sufrir. Yo te digo que el diablo echará a algunos de ustedes en la cárcel para que sean probadosa, y tendrán tribulación por diez díasb. fiel hasta la muertec, y Yo te daré la corona de la vidad.

11 El que tiene oídoa, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor1b no sufrirá daño de la muerte segundac’ ”».

Mensaje a la iglesia de Pérgamo

12 «Escribe al ángel de la iglesia en Pérgamoa:

El que tiene la espada aguda de dos filosb, dice esto:

13 Yo 1 dónde moras: donde está el trono de Satanása. Guardas fielmente Mi nombre y no has negado Mi feb, aun en los días de Antipas, Mi testigoc, Mi siervo field, que fue muerto entre ustedes, donde mora Satanáse.

14 Pero tengo unas pocas cosas contra tia, porque tienes ahí a los que mantienen la doctrina de Balaamb, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los israelitas, a comer cosas sacrificadas a los ídolos y a cometer actos de inmoralidadc.

15 Así también tienes algunos que de la misma manera mantienen la doctrina de los nicolaítasa.

16 Por tanto, arrepiéntetea; si no, vendré1 a ti prontob y pelearé contra ellos con la espada de Mi bocac.

17 El que tiene oídoa, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor1a le daré del maná escondidob y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecitac un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibed’ ”».

Mensaje a la iglesia de Tiatira

18 «Escribe al ángel de la iglesia en Tiatiraa:

El Hijo de Diosb, que tiene ojos1 como llama de fuegoc, y Sus pies son semejantes al bronce bruñido, dice esto:

19 Yo conozco tus obrasa, tu amor, tu fe, tu servicio y tu perseveranciaa, y que tus obras recientes son mayores que las primeras.

20 Pero tengo esto contra tia: que toleras a esa1 mujer Jezabelb, que se dice ser profetisa, y enseña y seduce a Mis siervos a que cometan actos inmorales y coman cosas sacrificadas a los ídolosc.

21 Le he dado tiempo para arrepentirsea, y no quiere arrepentirse de su inmoralidadb.

22 Por eso, la postraré1 en cama, y a los que cometen adulterio con ellaa los arrojaré en gran tribulación, si no se arrepienten de las obras de ella2.

23 A sus hijos mataré con pestilencia1, y todas las iglesias sabrán que Yo soy el que escudriña las mentes2a y los corazones, y les daré a cada uno según sus obrasb.

24 Pero a ustedes, a los demás que están en Tiatiraa, a cuantos no tienen esta doctrina, que no han conocido las cosas profundas de Satanásb, como ellos las llaman, les digo, que no les impongo otra cargac.

25 No obstante, lo que tienena, reténganlo hasta que Yo vengab.

26 Al vencedor1a, al que guarda Mis obras hasta el finb, le daré autoridad sobre las naciones2c;

27 y las regirá1 con vara de hierroa, como los vasos del alfarero son hechos pedazosb, * como Yo también he recibido autoridad de Mi Padre.

28 Y le daré el lucero de la mañanaa.

29 El que tiene oídoa, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’ ”».

Mensaje a la iglesia de Sardis

3 «Escribe al ángel de la iglesia en Sardisa:

El que tiene los siete Espíritus de Diosb y las siete estrellasc, dice esto: ‘Yo conozco tus obrasd, que tienes nombre de que vives, pero estás muertoe.

2 Ponte en vela y afirma las cosas que quedan, que estaban a punto de morir, porque no he hallado completas tus obras delante de Mi Dios.

3 Acuérdatea, pues, de lo que1 has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntetea. Por tanto, si no velas, vendréb como ladrónc, y no sabrás a qué hora vendré sobre tid.

4 Pero tienes unos pocos1a en Sardisb que no han manchado sus vestidurasc, y andarán conmigo vestidos de blancod, porque son dignos.

5 Así el vencedor1a será vestido de2 vestidurasb blancas y no borraré su nombre del libro de la vidac, y reconoceré su nombre delante de Mi Padred y delante de Sus ángeles.

6 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesiasa’ ”».

Mensaje a la iglesia de Filadelfia

7 «Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfiaa:

El Santob, el Verdaderoc, el que tiene la llave de Davidd, el que abre y nadie cierra1, y cierra y nadie abre, dice esto:

8 Yo conozco tus obrasa. Por tanto he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrarb. Aunque tienes poco poder, has guardado Mi palabra y no has negado Mi nombrec.

9 Por tanto, Yo entregaré1 a aquellos de la sinagoga de Satanása que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; Yo haré que vengan y se postren a2 tus piesb, y sepan que Yo te he amadoc.

10 Porque has guardado la palabraa de Mi perseveranciab, Yo también te guardaréc de la hora de la prueba1d, esa hora que está por venir sobre todo el mundoe para poner a prueba2 a los que habitan sobre la tierraf.

11 Vengo prontoa. Retén firme lo que tienesb, para que nadie tome tu coronac.

12 Al vencedor1a le haré una columna en el templo de Mi Diosb, y nunca más saldrá de allí2. Escribiré sobre él el nombre de Mi Diosc y el nombre de la ciudad de Mi Diosd, la nueva Jerusaléne, que desciende del cielo de Mi Dios, y Mi nombre nuevof.

13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesiasa’ ”».

Mensaje a la iglesia de Laodicea

14 «Escribe al ángel de la iglesia en Laodiceaa:

El Aménb, el Testigo fiel y verdaderoc, el Principio1 de la creación de Diosd, dice esto:

15 Yo conozco tus obrasa, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o calienteb!

16 Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de Mi boca.

17 Porque dices: “Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad”. No sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudoa.

18 Te aconsejo que de compresa oro refinado por fuegob para que te hagas rico, y vestiduras blancasc para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudezd, y colirio para ungir tus ojos y que puedas ver.

19 Yo reprendo y disciplino a todos los que amoa. , pues, celoso y arrepiénteteb.

20 Yo estoy a la puertaa y llamob; si alguien oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigoc.

21 Al vencedor1a, le concederé sentarse conmigo en Mi tronob, como yo también vencí y me senté con Mi Padre en Su tronoc.

22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesiasa’ ”».

Visión del trono de Dios

4 Después de esto miréa, y vi una puerta abierta en el cielob. Y la primera voz que yo había oído, como sonido de trompetac que hablaba conmigo, decía: «Subed acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de estase».

2 Al instante estaba yo en el Espíritua, y vi un trono colocado en el cielob, y a Uno sentado en el tronoc.

3 El que estaba sentado era de aspecto semejante a una piedra de jaspea y sardio1b, y alrededor del trono había un arco iris2c, de aspecto semejante a la esmeraldad.

4 Y alrededor del tronoa había veinticuatro tronosb. Y sentadosc en los tronos, veinticuatro ancianosd vestidos de ropas blancase, con coronas de oro en la cabezaf.

5 Del trono salían relámpagosa, voces1, y truenos. Delante del trono había siete lámparasb de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Diosc.

6 Delante del trono había como un mar transparente semejante al cristala; y en medio del trono y alrededor del tronob, cuatro seres vivientesc llenos de ojos por delante y por detrásd.

7 El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volandoa.

8 Los cuatro seres vivientesa, cada uno de ellos con1 seis alasb, estaban llenos de ojos alrededor y por dentroc, y día y noched no cesaban de decir2:

«Santo, Santo, Santo, es el Señore Dios,

el Todopoderosof, el que era, el que es y el que ha de venirg».

9 Y cada vez que1 los seres vivientes dan gloria, honor, y acción de gracias a Aquel que está sentado en el tronoa, al que vive por los siglos de los siglosb,

10 los veinticuatro ancianosa se postran1 delante de Aquelb que está sentado en el tronoc, y adoran2 a Aquel que vive por los siglos de los siglosd, y echan3 sus coronas delante del tronoe, diciendo:

11 «Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el podera, porque Tú creaste todas las cosasb, y por Tu voluntad existen1 y fueron creadas».

El Cordero y el libro de los siete sellos

5 En la mano derecha de Aquel que estaba sentado en el tronoa vi un libro1 escrito por dentro y por fuera2b, sellado con siete sellosc.

2 Vi también a un ángel poderoso1a que anunciaba a gran voz: «¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos?».

3 Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierraa, podía abrir el libro ni mirar su contenido1.

4 Yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de mirar su contenido1.

5 Entonces uno de los ancianos me dijo*: «No llores; mira, el Leóna de la …

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