1 Pedro 1:7–11
7 para que la prueba1 de la fe de ustedesa, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuegob, sea hallada que resulta en alabanzac, gloria y honor en la revelación de Jesucristod;
8 a quien sin haber vistoa, ustedes lo amanb, y a quien ahora no ven, pero creen en Él, y se regocijan grandemente con gozo inefable y lleno de gloria1,
9 obteniendo, como1 resultado de su fea, la salvación de sus2 almas.
10 Acerca de esta salvacióna, los profetas que profetizaronb de la gracia que vendría a ustedesc, diligentemente inquirieron y averiguaron,
11 procurando saber1 qué persona o tiempo indicaba el Espíritu de Cristoa dentro de ellos, al predecir los sufrimientos de Cristob y las glorias que seguirían2.