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1 Corintios 8–10

Cuidado con la libertad

8 En cuanto a lo sacrificado a los ídolosa, sabemos que todos tenemos conocimientob. El conocimiento envanece1c, pero el amor edificad.

2 Si alguien cree que sabe algoa, no ha aprendido todavía como debe saberb;

3 pero si alguien ama a Dios, ese es conocido por Éla.

4 Por tanto, en cuanto a comer de lo sacrificado a los ídolosa, sabemos que un ídolo no es nada1b en el mundo, y que no hay sino un solo Diosc.

5 Porque aunque haya algunos llamados diosesa, ya sea en el cielo o en la tierra, como por cierto hay muchos dioses y muchos señores,

6 pero para nosotros hay un solo Diosa, el Padreb, de quien proceden1 todas las cosasc y nosotros somos para Él; y un solo Señor, Jesucristod, por quien son todas las cosase y por medio de Él existimos nosotros.

7 Sin embargo, no todos tienen este conocimientoa. Porque algunos, estando acostumbrados al ídolo hasta ahora, comen alimento como si este fuera sacrificado a un ídolo, y su conciencia, siendo débil, se manchab.

8 Pero la comida no nos recomendará a1 Dios, pues ni somos menos2 si no comemos, ni somos más3 si comemosa.

9 Pero tengan cuidado, no sea que esta libertad1 de ustedes de alguna manera se convierta en piedra de tropiezoa para el débilb.

10 Porque si alguien te ve a ti, que tienes conocimientoa, sentado1 a la mesa en un templo de ídolos, ¿no será estimulada su conciencia, si él es débil, a comer lo sacrificado a los ídolosb?

11 Por tu conocimientoa se perderá el que es débil, el hermano por quien Cristo muriób.

12 Y así, al pecar contra los hermanos y herir su concienciaa cuando esta es débil, pecan contra Cristob.

13 Por tanto, si la comida hace que mi hermano caiga en pecado, no comeré carne jamás, para no hacer pecar a mi hermanoa.

Pablo defiende su apostolado

9 ¿No soy librea? ¿No soy apóstolb? ¿No he visto a Jesús nuestro Señorc? ¿No son ustedes mi obra en el Señord?

2 Si para otros no soy apóstol, por lo menos para ustedes sí lo soy; pues ustedes son el selloa de mi apostoladob en el Señor.

3 Mi defensa contra1 los que me examinan es esta:

4 ¿Acaso no1 tenemos derecho a comer y bebera?

5 ¿No1 tenemos derecho a llevar con nosotros una esposa creyente2a, así como los demás apóstoles y los hermanos del Señorb y Cefas3c?

6 ¿O acaso solo Bernabéa y yo1 no tenemos el derecho a no trabajar?

7 ¿Quién ha servido alguna vez como soldadoa a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su frutob? ¿O quién cuida un rebaño y no bebe1 de la leche del rebaño?

8 ¿Acaso digo esto según el juicio humano1a? ¿No dice también la ley esto mismo?

9 Pues en la ley de Moisés está escrito: «No pondrás bozal al buey cuando trillaa». ¿Acaso le preocupan a Dios los bueyesb?

10 ¿O lo dice especialmente por nosotros? Sí, se escribió por nosotrosa, porque el que ara debe arar con esperanza, y el que trilla debe trillar con la esperanza de recibir de la cosechab.

11 Si en ustedes sembramos lo espiritual, ¿será demasiado que de ustedes cosechemos lo materiala?

12 Si otros tienen este derecho sobre ustedes, ¿no lo tenemos aún más nosotros? Sin embargo, no hemos usado este derechoa, sino que sufrimos todo para no causar estorbob al evangelio de Cristoc.

13 ¿No sabena que los que desempeñan los servicios sagrados comen la comida del templo, y los que regularmente sirven al altar, del altar reciben su parteb?

14 Así también ordenó el Señor que los que proclaman el evangelioa, vivan del evangeliob.

15 Pero yo de nada de esto me he aprovechado1a. Y no escribo esto para que así se haga conmigo. Porque mejor me fuera morir, que permitir que alguien me prive de esta gloria2b.

16 Porque si predico el evangelio, no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el debera de hacerlo. Pues ¡ay de mí si no predico el evangeliob!

17 Porque si hago esto voluntariamente, tengo recompensaa; pero si lo hago en contra de mi voluntad, un encargob se me ha confiado.

18 ¿Cuál es, entonces, mi recompensaa? Que al predicar el evangelio, pueda ofrecerlo1 gratuitamenteb sin hacer pleno uso de mi derechoc como predicador del evangelio.

Celo evangelizador de Pablo

19 Porque aunque soy librea de todos, de todos me he hecho esclavob para ganarc al mayor número posible.

20 A los judíos me hice como judío, para poder ganar a los judíos. A los que están bajo la ley, como bajo la leya, aunque yo no estoy bajo la leyb, para poder ganar a los que están bajo la ley.

21 A los que están sin leya, como sin leyb, aunque no estoy1 sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristoc, para poder ganar a los que están sin ley.

22 A los débiles me hice débila, para ganar a los débiles. A todos me he hecho todob, para que por todos los medios salve a algunosc.

23 Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él.

Disciplina personal de Pablo

24 ¿No sabena que los que corren en el estadio, todos en verdad corren, pero solo uno obtiene el premiob? Corranc de tal modo que ganen.

25 Y todo el que compitea en los juegos se abstiene de todo. Ellos lo hacen para recibir una coronab corruptible, pero nosotros, una incorruptible.

26 Por tanto, yo de esta manera corroa, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aireb,

27 sino que golpeo1 mi cuerpoa y lo hago mi esclavo, no sea que habiendo predicado a otros, yo mismo sea descalificado.

Ejemplos de la historia de Israel

10 Porque no quiero que ignoren, hermanosa, que todos nuestros padres estuvieron bajo la nubeb y todos pasaron por el marc.

2 En Moisés todos fueron bautizados1a en la nube y en el mar.

3 Todos comieron el mismo alimento espirituala,

4 y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espirituala que los seguía. La roca era Cristo1.

5 Sin embargo, Dios no se agradó de la mayor parte de ellos, y por eso quedaron tendidos en el desiertoa.

6 Estas cosas sucedieron como ejemplo para nosotrosa, a fin de que no codiciemos1 lo malo, como ellos lo codiciaronb.

7 No sean, pues, idólatrasa, como fueron algunos de ellos, según está escrito: «El pueblo se sentó a comer y a beber, y se levantó a jugarb».

8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicarona, y en un día cayeron veintitrés milb.

9 Ni provoquemos1 al Señor2, como algunos de ellos lo provocaron3a, y fueron destruidos4 por las serpientes.

10 Ni murmuren, como algunos de ellos murmurarona, y fueron1 destruidosb por el destructorc.

11 Estas cosas les sucedieron como ejemploa, y fueron escritas como enseñanza para nosotrosb, para quienes ha llegado el fin de los siglosc.

12 Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caigaa.

13 No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres. Fiel es Diosa, que no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escapeb, a fin de que puedan resistirla.

14 Por tanto, amadosa míos, huyan de la idolatríab.

15 Les hablo como a sabios; juzguen ustedes lo que digo.

16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la participación en la sangre de Cristoa? El pan que partimos, ¿no es la participación en el cuerpo de Cristob?

17 Puesto que el pan es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpoa; porque todos participamos de aquel mismo pan.

18 Consideren al pueblo de Israela: los que comen los sacrificiosb, ¿no participan del altar?

19 ¿Qué quiero decir, entonces? ¿Que lo sacrificado a los ídolos es algo, o que un ídolo es algoa?

20 No, sino que digo que lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Diosa; no quiero que ustedes sean partícipes con los demonios.

21 Ustedes no pueden beber la copa del Señor y la copa de los demoniosa; no pueden participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demoniosb.

22 ¿O provocaremos a celos al Señora? ¿Somos, acaso, más fuertes que Élb?

Libertad cristiana

23 Todo es lícito, pero no todo es de provechoa. Todo es lícito, pero no todo edificab.

24 Nadie busque su propio bien, sino el de su prójimo1a.

25 Coman de todo lo que se vende en la carnicería sin preguntar nada por motivos de concienciaa,

26 porque del Señor es la tierra y todo lo que en ella hay1a.

27 Si algún incréduloa los invita y quieren ir, coman de todo lo que se les ponga delanteb sin preguntar nada por motivos de conciencia.

28 Pero si alguien les dice: «Esto ha sido sacrificado a los ídolos», no lo coman, por causa del que se lo dijo, y por motivos de concienciaa, 1porque del Señor es la tierra y todo lo que en ella hay2.

29 Quiero decir, no la conciencia de ustedes, sino la del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por la conciencia ajenaa?

30 Si participo con agradecimiento, ¿por qué he de ser censurado1a a causa de aquello por lo cual doy graciasb?

31 Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Diosa.

32 No sean motivo de tropiezoa ni a judíos, ni a griegos, ni a la iglesia de Diosb;

33 así como también yo procuro agradar a todos en todoa, no buscando mi propio beneficiob, sino el de muchos, para que sean salvosc.

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