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Salmo 82–88

Salmo 82

Dios, juez supremo

Salmo de Asaf.

Dios ocupa su lugar1a en su congregación2;

Él juzgab en medio de los jueces3c.

2 ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamentea

y favoreceréis a los impíosb?

(Selah1)

3 Defended1a al débil y al huérfano;

haced justicia al afligido y al menesteroso.

4 Rescatad al débil y al necesitadoa;

libradlos de la mano de los impíos.

¶5 No saben ni entiendena;

caminan en tinieblasb;

son sacudidos todos los cimientos de la tierrac.

6 Yo dije: Vosotros sois diosesa,

y todos sois hijos del Altísimob.

7 Sin embargo, como hombres moriréisa,

y caeréis como uno de los príncipesb.

8 ¡Levántatea, oh Dios, juzga la tierrab!

Porque tú posees todas las nacionesc.

Salmo 83

Oración contra enemigos conjurados

Cántico. Salmo de Asaf.

Oh Dios, no permanezcas en silencioa;

no callesb, oh Dios, ni te quedes quieto.

2 Porque, he aquí, tus enemigos rugena,

y los que te aborrecen se han enaltecido1b.

3 Hacen planes astutosa contra tu pueblo,

y juntos conspiran1 contra tus protegidos2b.

4 Han dicho: Venid, y destruyámoslosa como1 nación,

para que ya no haya memoria del nombre de Israelb.

5 Porque de corazón han conspirado1 a unaa;

hacen pacto contra ti:

6 las tiendas de Edoma y de los ismaelitasb,

Moabc y los agarenosd,

7 Gebala, Amónb y Amalecc,

Filistead con los habitantes de Tiroe;

8 Asiriaa también se ha unido a ellos;

se han convertido en ayuda1 para los hijos de Lotb.

(Selah2)

¶9 Trátalos como a Madiána,

como a Sísara, como a Jabínb en el torrente Cisón,

10 que fueron destruidos en Endor,

que quedaron como estiércola para la tierra.

11 Pon a sus nobles como a Oreb y Zeeba,

y a todos sus príncipes como a Zeba y Zalmunab,

12 que dijeron: apoderémonosa

de los prados de Diosb.

¶13 Oh Dios mío, ponlos como polvo en remolinoa;

como paja ante el vientob.

14 Como fuego que consume el bosquea,

y como llama que incendia las montañasb,

15 así persíguelos con tu tempestada,

y aterrorízalos con tu torbellino.

16 Cubre1 sus rostros de ignominiaa,

para que busquen tu nombre, oh Señor.

17 Sean avergonzados y turbados para siemprea;

sean humillados y perezcan,

18 para que sepan que solo túa, que te llamas el Señor,

eres el Altísimob sobre toda la tierra.

Salmo 84

Anhelo por la adoración en el templo

Para el director del coro; sobre* Gitit. Salmo de los hijos de Coré.

¡Cuán preciosas1 son tus moradasa,

oh Señor de los ejércitos!

2 Anhelaba mi almaa, y aun deseaba con ansias los atrios del Señor;

mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivob.

3 Aun el ave1 ha hallado casa,

y la golondrina nido para sí donde poner sus polluelos:

¡tus altaresa, oh Señor de los ejércitos,

Rey mío y Dios míob!

4 ¡Cuán bienaventurados son los que moran en tu casaa!

Continuamente te alabanb.

(Selah1)

¶5 ¡Cuán bienaventurado es el hombre cuyo poder está en tia,

en cuyo corazón están los caminos a Siónb!

6 Pasando por el valle de Baca1 lo convierten en manantial2,

también las lluvias tempranasa lo cubren de bendiciones.

7 Van de poder en podera,

cada uno de ellos comparece ante Dios en Sión1b.

¶8 ¡Oh Señor, Dios de los ejércitosa, oye mi oración;

escucha, oh Dios de Jacobb!

(Selah)

9 Mira, oh Dios, escudoa nuestro,

y contempla el rostro de tu ungidob.

10 Porque mejor es un día en tus atriosa que mil fuera de ellos.

Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios

que morar en las tiendas de impiedad.

11 Porque sol y escudo es el Señor Diosa;

gracia y gloria da el Señorb;

nada bueno niega a los que andan en integridad1c.

12 Oh Señor de los ejércitos,

¡cuán bienaventurado es el hombre que en ti confíaa!

Salmo 85

Oración pidiendo misericordia para la nación

Para el director del coro. Salmo de los hijos de Coré.

Oh Señor, tú mostraste favor a tu tierraa,

cambiaste la cautividad1 de Jacobb.

2 Perdonaste la iniquidad de tu puebloa,

cubriste todo su pecadob.

(Selah1)

3 Retiraste toda tu furiaa,

te apartaste del ardor de tu irab.

¶4 Restáuranosa, oh Dios de nuestra salvación,

haz cesar tu indignaciónb contra nosotros.

5 ¿Estarás airado con nosotros para siemprea?

¿Prolongarás tu ira de generación en generación?

6 ¿No volverás a darnos vidaa

para que tu pueblo se regocije en tib?

7 Muéstranos, oh Señor, tu misericordia,

y danos tu salvacióna.

¶8 Escucharé lo que dirá Dios el Señor,

porque hablará paz a su puebloa, a1 sus santos;

pero que no vuelvan ellos a la insensatezb.

9 Ciertamente cercana está su salvacióna para los que le temen,

para que more su gloria en nuestra tierrab.

10 La misericordia y la verdad1 se han encontradoa,

la justicia y la paz se han besadob.

11 La verdad1 brota de la tierraa,

y la justicia mira desde los cielos.

12 Ciertamente el Señor dará lo que es buenoa,

y nuestra tierra dará su frutob.

13 La justicia irá delante de Éla,

y sus pasos pondrá por camino.

Salmo 86

Salmo de súplica y confianza

Oración de David.

Inclina, oh Señor, tu oídoa y respóndeme,

porque estoy afligido y necesitadob.

2 Guarda mi alma1a, pues soy piadosob;

tú eres mi Dios; salva a tu siervo que en ti confíac.

3 Ten piedad de mía, oh Señor,

porque a ti clamo todo el díab.

4 Alegra el alma de tu siervo,

porque a ti, oh Señor, elevo mi almaa.

5 Pues tú, Señor, eres buenoa y perdonadorb,

abundante en misericordia para con todos los que te invocanc.

6 Escuchaa, oh Señor, mi oración,

y atiende a la voz de mis súplicas.

7 En el día de la angustiaa te invocaré,

porque tú me responderásb.

8 No hay nadie como tú entre los diosesa, oh Señor,

ni hay obras como las tuyasb.

9 Todas las naciones que tú has hecho vendrán y adorarán delante de ti, Señor,

y glorificarán tu nombrea.

10 Porque tú eres grandea y haces maravillas1b;

solo tú eres Diosc.

¶11 Enséñame, oh Señor, tu caminoa;

andaré en tu verdad;

unifica mi corazón para que tema tu nombreb.

12 Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazóna,

y glorificaré tu nombre para siempre.

13 Porque grande es tu misericordia para conmigo,

y has librado mi alma de las profundidades del Seol1a.

¶14 Oh Dios, los arrogantes se han levantado contra mía,

y una banda1 de violentos ha buscado mi vida2,

y no te han tenido en cuenta3.

15 Mas tú, Señor, eres un Dios compasivo y lleno de piedada,

lento para la ira y abundante en misericordia y verdad1.

16 Vuélvete hacia mí, y tenme piedada;

da tu poder a tu siervob,

y salva al hijo de tu siervac.

17 Muéstrame1 una señal de bondada,

para que la veanb los que me aborrecen y se avergüencen,

porque tú, oh Señor, me has ayudado y consoladoc.

Salmo 87

Privilegios del ciudadano de Sión

Salmo de los hijos de Coré. Cántico.

En los montes santos están sus cimientosa.

2 El Señor ama las puertas de Sióna

más que todas las otras moradas de Jacob.

3 Cosas gloriosas se dicen de tia,

oh ciudad de Diosb:

(Selah1)

4 Mencionaré a Rahab1a y a Babilonia entre2 los que me conocen;

he aquí, Filistea y Tirob con Etiopía3c; de sus moradores se dirá:

«Este nació allí».

5 Pero de Sión se dirá: Este y aquel nacieron en ella;

y el Altísimo mismo la estableceráa.

6 El Señor contará al inscribir los pueblosa:

Este nació allí.

(Selah)

7 Entonces tanto los cantoresa como los flautistas1b, dirán:

En ti están todas mis fuentes de gozoc.

Salmo 88

Oración pidiendo ser salvo de la muerte

Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Para el director del coro; sobre Mahalat Leannot*. Masquil** de Hemán ezraíta***.

Oh Señor, Dios de mi salvacióna,

de día y de noche he clamadob delante de ti.

2 Llegue mi oración a tu presenciaa;

inclina tu oído a mi clamorb.

3 Porque saturada está mi alma de malesa,

y mi vida se ha acercado al Seol1b.

4 Soy contado entre los que descienden a la fosaa;

he llegado a ser como hombre sin fuerzab,

5 abandonado entre los muertos1a;

como los caídos a espada que yacen en el sepulcro,

de quienes ya no te acuerdas,

y que han sido arrancados de tu manob.

6 Me has puesto en la fosa más profundaa,

en lugares tenebrososb, en las profundidadesc.

7 Ha reposado sobre mí tu furora,

y me has afligido con todas tus olasb.

(Selah1)

¶8 Has alejado de mí mis amistadesa,

me has hecho objeto de repugnancia1b para ellos;

encerrado estoy y no puedo salirc.

9 Han languidecido mis ojos1a a causa de la aflicción;

oh Señor, cada día te he invocadob,

he extendido mis manos2 hacia tic.

¶10 ¿Harás maravillas a los muertos?

¿Se levantarán los muertos1 y te alabarána?

(Selah)

11 ¿Se hablará de tu misericordia en el sepulcro,

y de tu fidelidad en el Abadón1?

12 ¿Se darán a conocer tus maravillas en las tinieblasa,

y tu justicia en la tierra del olvido?

¶13 Mas yo, a ti pido auxilio, Señora,

y mi oración llega ante ti por la mañanab.

14 ¿Por qué, Señor, rechazas mi almaa?

¿Por qué escondes de mí tu rostrob?

15 He estado afligido y a punto de morira desde mi juventud;

sufro tus terroresb, estoy abatido1.

16 Sobre mí ha pasado tu ardiente iraa;

tus terrores me han destruido1b.

17 Me han rodeado como aguasa todo el díab;

a una me han cercadoc.

18 Has alejado de mí al compañero1 y al amigoa;

mis amistades son2 las tinieblas.

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