Cargando…

Juan 15–16

Capitulo 15

Jesús, la vid verdadera

Yo soy la vid verdaderaa, y mi Padre es el viñadorb.

Todo sarmiento que en no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda1 para que más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por la palabraa que os he hablado.

Permaneced en a, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en .

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en y yo en él, ese da mucho frutoa, porque separados de nada podéis hacer.

Si alguno no permanece en , es echado fuera como un sarmientoa y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman.

Si permanecéis en , y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hechoa.

En esto es glorificado mi Padrea, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois1 mis discípulosb.

Como el Padre me ha amadoa, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.

10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amora, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padreb y permanezco en su amor.

11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto1a.

12 Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amadoa.

13 Nadie tiene un amor mayor que este: que uno 1 su vidaa por sus amigos.

14 Vosotros sois mis amigosa si hacéis lo que yo os mandob.

15 Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padrea.

16 Vosotros no me escogisteis a , sino que yo os escogí a vosotrosa, y os designé para que vayáis y deis frutob, y que vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concedac.

17 Esto os mando: que os améis los unos a los otrosa.

18 Si el mundo os odia, sabéis1 que me ha odiado a a antes que a vosotros.

19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogía de entre el mundo, por eso el mundo os odiab.

20 Acordaos de la palabra que yo os dije: «Un siervo no es mayor que su señora». Si me persiguieron a , también os perseguirán a vosotrosb; si guardaron mi palabrac, también guardarán la vuestra.

21 Pero todo esto os harán por causa de mi nombrea, porque no conocen al que me enviób.

22 Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado1a, pero ahora no tienen excusa por su pecado.

23 El que me odia a , odia también a mi Padre.

24 Si yo no hubiera hecho entre ellos las obrasa que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado1b; pero ahora las han visto, y me han odiado a y también a mi Padre.

25 Pero han hecho esto para que se cumpla la palabra que está escrita en su leya: «Me odiaron sin causab».

26 Cuando venga el Consolador1a, a quien yo enviaré del Padreb, es decir, el Espíritu de verdadc que procede del Padre, Él dará testimonio de d,

27 y vosotros daréis testimonio1 tambiéna, porque habéis estado conmigo desde el principiob.

Capitulo 16

Estas cosas os he dichoa para que no tengáis tropiezo1b.

Os expulsarán de la sinagogaa; pero viene la horab cuando cualquiera que os mate pensará que así rinde un servicio a Diosc.

Y harán estas cosas porque no han conocido ni al Padre ni a a.

Pero os he dicho estas cosas para que cuando llegue la1 horaa, os acordéis de que ya os había hablado de ellas2. Y no os dije estas cosas al principiob, porque yo estaba con vosotros.

Pero ahora voy al que me envióa, y ninguno de vosotros me pregunta: «¿Adónde vasb?».

Mas porque os he dicho estas cosas, la tristeza ha llenado vuestro corazóna.

La obra del Espíritu Santo

7 Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador1a no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaréb.

Y cuando Él venga, convencerá1 al mundo de pecado, de justicia y de juicio;

de pecado, porque no creen en a;

10 de justiciaa, porque yo voy al Padreb y no me veréis más;

11 y de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgadoa.

12 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar.

13 Pero cuando Él, el Espíritu de verdada, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saberb lo que habrá de venir.

14 El me glorificaráa, porque tomará de lo mío y os lo hará saber.

15 Todo lo que tiene el Padre es míoa; por eso dije que Él toma de lo mío y os lo hará saber.

16 Un poco mása, y ya no me veréisb; y de nuevo un poco, y me veréisc.

17 Entonces algunos de sus discípulos se decían unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: «Un poco más, y no me veréis, y de nuevo un poco, y me veréisa» y «Porque yo voy al Padreb»?

18 Por eso decían: ¿Qué es esto que dice: «Un poco»? No sabemos de qué habla.

19 Jesús sabía que querían preguntarlea, y les dijo: ¿Estáis discutiendo entre vosotros sobre esto, porque dije: «Un poco más, y no me veréis, y de nuevo un poco, y me veréis»?

20 En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréisa, pero el mundo se alegrará; estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegríab.

21 Cuando la mujer está para dar a luz, tiene afliccióna, porque ha llegado su hora; pero cuando da a luz al niño, ya no se acuerda de la angustia, por la alegría de que un niño1 haya nacido en el mundo.

22 Por tanto, ahora vosotros tenéis también afliccióna; pero yo os veré otra vezb, y vuestro corazón se alegrará, y nadie os quitará vuestro gozo.

23 En aquel díaa no me preguntaréis nadab. En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre, os lo dará en mi nombrec.

24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombrea; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completob.

25 Estas cosas os he hablado en lenguaje figurado1a; viene el tiempo2b cuando no os hablaré más en lenguaje figurado1, sino que os hablaré del Padre claramente.

26 En ese díaa pediréisb en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros,

27 pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amadoa y habéis creídob que yo salí del Padrec.

28 Salí del Padrea y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padreb.

29 Sus discípulos le dijeron*: He aquí que ahora hablas claramente y no usas lenguaje figurado1a.

30 Ahora entendemos que tú sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemosa que tú viniste de Diosb.

31 Jesús les respondió: ¿Ahora creéis?

32 Mirad, la hora vienea, y ya ha llegado, en que seréis esparcidosb, cada uno por su lado1c, y me dejaréis solo; y sin embargo no estoy solod, porque el Padre está conmigo.

33 Estas cosas os he hablado para que en tengáis paza. En el mundo tenéis tribulaciónb; pero confiad1c, yo he vencido al mundod.

Leer más



Un servicio de Software Bíblico Logos