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Sauloa, respirando todavía amenazas1 y muerte contra los discípulos del Señorb, fue al sumo sacerdote,
2 y le pidió cartas para las sinagogasa de Damascob, para que si encontraba algunos que pertenecieran al Caminoc, tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalénd.
3 aY sucedió que mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció en su derredor una luz del cielob;
4 y al caer a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persiguesa?
5 Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y Él respondió: Yo soy Jesús a quien tú persigues;
6 levántate1, entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacera.
7 Los hombres que iban con él se detuvieron atónitos1a, oyendo la voz2b, pero sin ver a nadie.
8 Saulo se levantó del suelo, y aunque sus ojos estaban abiertos, no veía nadaa; y llevándolo por la mano, lo trajeron a Damascob.
9 Y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.
¶10 Había en Damascoa cierto discípulo llamado Ananíasb; y el Señor le dijo en una visiónc: Ananías. Y él dijo: Heme aquí, Señor.
11 Y el Señor le dijo: Levántate y ve a la calle que se llama Derecha, y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarsoa llamado Saulo, porque, he aquí, está orando,
12 y ha visto en una visión1 a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vistaa.
13 Pero Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuanto mal ha hecho a tus santosa en Jerusalénb,
14 y aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prendera a todos los que invocan tu nombreb.
15 Pero el Señor le dijo: Ve, porque él me es un instrumento1 escogidoa, para llevar mi nombre en presencia de los gentilesb, de los reyesc y de los hijos de Israel;
16 porque yo le mostraré cuánto debe padecera por mi nombre.
17 Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre éla, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vistab y seas lleno del Espíritu Santoc.
18 Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado.
19 Tomó alimentos y cobró fuerzas.
¶Y por varios días estuvo con los discípulosa que estaban en Damascob.
¶20 Y enseguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogasa, diciendo1: Él es el Hijo de Diosb.
21 Y todos los que lo escuchaban estaban asombrados y decían: ¿No es este el que en Jerusalén destruía a los que invocaban este nombrea, y el que había venido aquí con este propósito: para llevarlos atados ante los principales sacerdotesb?
22 Pero Saulo seguía fortaleciéndose y confundiendo a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que este Jesús es el Cristo1.
¶23 Después de muchos díasa, los judíos tramaronb deshacerse de él,
24 pero su conjura llegó al conocimiento de Sauloa. Y aun vigilaban las puertas día y noche con el intento de matarlob;
25 pero sus discípulos lo tomaron de noche y lo sacaron1 por una abertura en la muralla, bajándolo en una canasta.
¶26 Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; y todos le temían, no creyendo que era discípuloa.
27 Pero Bernabéa lo tomó y lo presentó a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino, y que Él le había habladob, y cómo en Damascoc había hablado con valor en el nombre de Jesúsd.
28 Y estaba con ellos moviéndose libremente1 en Jerusalén, hablando con valor en el nombre del Señora.
29 También hablaba y discutía con los judíos helenistasa; mas estos intentaban matarlo.
30 Pero cuando los hermanosa lo supieron, lo llevaron a Cesareab, y de allí lo enviaronc a Tarsod.
¶31 Entretanto la iglesiaa gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu Santo, seguía creciendo.
¶32 Y1 mientras Pedro viajaba por todas aquellas regiones, vino también a los santosa que vivían en Lidab.
33 Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado postrado en cama por ocho años, porque estaba paralítico.
34 Y Pedro le dijo: Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama. Y al instante se levantó.
35 Todos los que vivían en Lidaa y en Sarónb lo vieron, y1 se convirtieron al Señorc.
¶36 Había entonces en Jopea una discípula llamada Tabita (que traducido al griego es Dorcas1); esta mujer era rica2 en obras buenas y de caridad que hacía continuamente.
37 Y sucedió que en aquellos días se enfermó y murió; y lavado su cuerpo, lo pusieron en un aposento altoa.
38 Como Lida estaba cerca de Jopea, los discípulosb, al oír que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No tardes en venir a nosotros.
39 Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó lo llevaron al aposento altoa, y todas las viudasb lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas.
40 Mas Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oróa, y volviéndose al cadáver, dijo: Tabita, levántateb. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporóc.
41 Y él le dio la mano y la levantó; y llamando a los santosa y a las viudasb, la presentó viva.
42 Y esto se supo en todo Jopea, y muchos creyeron en el Señorb.
43 Y1 Pedro se quedó en Jopea muchos días con un tal Simón, curtidorb.
Había en Cesareaa un hombre llamado Cornelio, centurión de la cohorte1 llamada la Italianab,
2 piadoso y temeroso de Diosa con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo judíob y oraba a Dios continuamente.
3 Como a la hora novena1a del día, vio claramente en una visiónb a un ángel de Diosc que entraba a donde él estaba y le decía: Cornelio.
4 Mirándolo fijamentea y atemorizado, Cornelio dijo: ¿Qué quieres1, Señor? Y él le dijo: Tus oraciones y limosnas2 han ascendidob como memorial delante de Diosc.
5 Despacha ahora algunos hombres a Jopea, y manda traer a un hombre llamado Simón, que también se llama Pedro.
6 Este se hospeda con un curtidor llamado Simóna, cuya casa está junto al mar1.
7 Y después que el ángel que le hablaba se había ido, Cornelio llamó a dos de los criados1 y a un soldado piadoso de los que constantemente le servían,
8 y después de explicarles todo, los envió a Jopea.
¶9 Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedroa subió a la azoteab a orar como a la hora sexta1c.
10 Tuvo hambre y deseaba comer; pero mientras le preparaban algo de comer, le sobrevino un éxtasisa;
11 y vio* el cielo abiertoa y un objeto1 semejante a un gran lienzo que descendía, bajado a la tierra por las cuatro puntas;
12 había en él toda clase de cuadrúpedos y reptiles de la tierra, y aves del cielo.
13 Y oyó una voz1: Levántate, Pedro, mata2 y come.
14 Mas Pedro dijo: De ninguna manera, Señora, porque yo jamás he comido nada impuro1 o inmundob.
15 De nuevo, por segunda vez, llegó a él una voz: Lo que Dios ha limpiadoa, no lo llames tú impuro1.
16 Y esto sucedió tres veces, e inmediatamente el lienzo1 fue recogido al cielo.
¶17 Mientras Pedro estaba perplejo pensando en lo que significaría la visióna que había visto, he aquí, los hombres que habían sido enviados por Corneliob, después de haber preguntado por la casa de Simón, aparecieron a la puerta;
18 y llamando, preguntaron si allí se hospedaba Simón, el que también se llamaba Pedro.
19 Y mientras Pedro meditaba sobre la visióna, el Espíritu le dijob: Mira, tres hombres te buscan.
20 Levántate, pues, desciende y no dudesa en acompañarlos, porque yo los he enviado.
21 Pedro descendió a donde estaban los hombres, y les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?
22 Y ellos dijeron: A Cornelio el centurión, un hombre justo y temeroso de Dios, y que es muy estimado por toda la nación de los judíosa, le fue ordenado1b por un santo ángelc que te hiciera venir a su casa para oír tus palabrasd.
23 Entonces los invitó a entrar y los hospedó.
¶Al día siguiente se levantó y fue con ellos, y algunos de los hermanosa de Jopeb lo acompañaronc.
¶24 Al otro día entró en Cesareaa. Cornelio los estaba esperando y había reunido a sus parientes y amigos íntimos.
25 Y sucedió que cuando Pedro iba a entrar, Cornelio salió a recibirlo, y postrándose a sus pies, lo adoróa.
26 Mas Pedro lo levantó, diciendo: Ponte de pie; yo también soy hombrea.
27 Y conversando con él, entró y halló* mucha gente reunidaa.
28 Y les dijo: Vosotros sabéis cuán ilícito es para un judío asociarse con un extranjero o visitarloa, pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre debo llamar impuro1 o inmundob;
29 por eso, cuando fui llamado, vine sin poner ninguna objeción. Pregunto, pues, ¿por qué causa me habéis enviado a llamar?
30 Y Cornelio dijo: A esta misma hora, hace cuatro díasa, estaba yo orando en mi casa a la hora novena1b; y he aquí, un hombrec con vestiduras resplandecientes, se puso delante de mí,
31 y dijo*: «Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus obras de caridad1 han sido recordadas delante de Dios.
32 “Envía, pues, a Jope, y haz llamar a Simón, que también se llama Pedro; él está hospedado en casa de Simón el curtidor, junto al mar1a».
33 Por tanto, envié por ti al instante, y has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí presentes delante de Dios, para oír todo lo que el Señor te ha mandado.
34 Entonces Pedro, abriendo la bocaa, dijo:
¶Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personasb,
35 sino que en toda nación el que le teme1 y hace lo justo2a, le es acepto3b.
36 El mensaje1 que Él envió a2 los hijos de Israel, predicando3a paz por medio de Jesucristob (El es Señor de todosc),
37 vosotros sabéis lo que ocurrió en toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que Juan predicó.
38 Vosotros sabéis cómo Dios ungióa a Jesús de Nazaretb con el …
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1 | * , amenaza |
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1 | Algunas versiones agregan al principio del vers.: El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate |
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1 | * , mudos |
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2 | O, el sonido |
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1 | Algunos * no incluyen: en una visión |
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1 | O, vaso |
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1 | * , que |
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1 | I.e., el Mesías |
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1 | * , bajaron |
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1 | * , entrando y saliendo |
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1 | * , Y sucedió que |
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1 | * , los cuales |
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1 | O, Gacela |
2 | * , llena |
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1 | * , Y sucedió que |
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1 | I.e., unidad militar romana compuesta de varias centurias |
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1 | I.e., las tres de la tarde |
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1 | * , es |
2 | U, obras de caridad |
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1 | Algunas versiones agregan: El te dirá lo que es necesario que hagas |
1 | O, siervos |
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1 | I.e., las doce del día |
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1 | O, receptáculo |
1 | * , vino una voz a él |
2 | O, sacrifica |
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1 | O, no santo; * , común |
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1 | O, no santo; * , común |
1 | O, receptáculo |
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1 | * , avisado o revelado |
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1 | O, no santo; * , común |
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1 | I.e., de las tres a las cuatro de la tarde |
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1 | O, limosnas |
1 | Algunos * agregan: y cuando llegue, él te hablará |
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1 | O, le reverencia |
2 | * , obra justicia |
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3 | O, Dios se agrada de él |
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1 | * , La palabra |
2 | Algunos * dicen: El envió la palabra a |
3 | O, anunciando el evangelio de |
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