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Deuteronomio 4–14

Capitulo 4

Moisés exhorta al pueblo a la obediencia

Ahora pues, oh Israel, escucha los estatutos y los juicios que yo os enseño para que los ejecutéisa, a fin de que viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, el Dios de vuestros padres, os dab.

2 No añadiréis nada a la palabra que yo os mandoa, ni quitaréis nada de ellab, para que guardéis los mandamientos del Señor vuestro Dios que yo os mando.

3 Vuestros ojos han visto lo que hizo el Señor en el caso de Baal-peor, pues a todo hombre que siguió a Baal-peor, el Señor vuestro Dios lo destruyó de en medio de tia.

4 Mas vosotros, que permanecisteis fieles al Señor vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.

5 Mirad, yo os he enseñado estatutos y juicios tal como el Señor mi Dios me ordenóa, para que hagáis así en medio de la tierra en que vais a entrar para poseerla.

6 Así que guardadlos y ponedlos por obra, porque esta será vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos que al escuchar todos estos estatutos, dirán: «Ciertamente esta gran nación es un pueblo sabio e inteligentea».

7 Porque, ¿qué nación grandea hay que tenga un dios tan cerca de ella como está el Señor nuestro Diosb siempre que le invocamosc?

8 ¿O qué nación grande hay que tenga estatutos y juiciosa tan justos como toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?

Israel en Horeb

9 Por tanto, cuídate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvidesa de las cosas que tus ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vidab; sino que las hagas saber a tus hijos y a tus nietosc.

10 Recuerda el día que estuviste delante del Señor tu Dios en Horeb, cuando el Señor me dijo: «Reúneme el pueblo para que yo les haga oír mis palabras, a fin de que aprendan a temerme1 todos los días que vivan sobre la tierraa y las enseñen a sus hijosb».

11 Os acercasteis, pues, y permanecisteis al pie del monte, y el monte ardía en fuegoa hasta el mismo cielo1: oscuridad, nube y densas tinieblas.

12 Entonces el Señor os habló de en medio del fuego; oísteis su voz1, solo la voz2, pero no visteis figura alguna.

13 Y Él os declaró su pacto, el cual os mandó poner por obra: esto es, los diez mandamientosa, y los1 escribió en dos tablas de piedrab.

14 Y el Señor me ordenó en aquella ocasión que os enseñara estatutos y juicios, a fin de que los pusierais por obra en la tierra a la cual vais a entrar para poseerla.

Advertencia contra la idolatría

15 Así que guardaos biena, ya que no visteis ninguna figurab el día en que el Señor os habló en Horeb de en medio del fuego;

16 no sea que os corrompáisa y hagáis para vosotros una imagen tallada semejante a cualquier figurab: semejanza de varón o hembra,

17 semejanza de cualquier animal que está en la tierra, semejanza de cualquier ave que vuela en el cieloa,

18 semejanza de cualquier animal que se arrastra sobre la tierra, semejanza de cualquier pez que hay en las aguas debajo de la tierra.

19 No sea que levantes los ojos al cielo y veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército del cieloa, y seas impulsado a adorarlos y servirlosb, cosas que el Señor tu Dios ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.

20 Pero a vosotros el Señor os ha tomado y os ha sacado del horno de hierro, de Egiptoa, para que seáis pueblo de su heredadb como lo sois ahora.

21 Y el Señor se enojó conmigo a causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierraa que el Señor tu Dios te da por heredad.

22 Porque yo moriré en esta tierra, no cruzaré el Jordána; mas vosotros pasaréis y tomaréis posesión de esta buena tierrab.

23 Guardaos, pues, no sea que olvidéis el pacto que el Señor vuestro Dios hizo con vosotrosa, y os hagáis imagen tallada en forma de cualquier cosa que el Señor tu Dios te ha prohibido1b.

24 Porque el Señor vuestro Dios es fuego consumidora, un Dios celosob.

25 Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis permanecido largo tiempo en la tierra, y os corrompáisa y hagáis un ídolo1 en forma de cualquier cosab, y hagáis lo que es malo ante los ojos del Señor vuestro Dios para provocarle a irac,

26 pongo hoy por testigo contra vosotrosa al cielo y a la tierra, que pronto seréis totalmente exterminados de la tierra donde vais a pasar el Jordán para poseerla. No viviréis por mucho tiempo1 en ella, sino que seréis totalmente destruidosb.

27 Y el Señor os dispersará entre los pueblosa, y quedaréis pocos en número entre las naciones adonde el Señor os llevará.

28 Allí serviréis a dioses hechos por manos de hombrea, de madera y de piedrab, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelenc.

29 Pero de allí buscarás1 al Señor tu Dios, y lo hallarás si lo buscasa con todo tu corazón y con toda tu almab.

30 En los postreros díasa, cuando estés angustiado y todas esas cosas te sobrevenganb, volverás al Señor tu Dios y escucharás su vozc.

31 Pues el Señor tu Dios es Dios compasivoa; no te abandonaráb, ni te destruirác, ni olvidará el pacto que Él juró a tus padresd.

32 Ciertamente, pregunta ahora acerca de los tiempos1 pasados que fueron antes de tia, desde el día en que Dios creó al hombre2 sobre la tierrab; inquiere desde un extremo de los cielos hasta el otroc. ¿Se ha hecho cosa tan grande como estad, o se ha oído algo como esto?

33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, y ha sobrevividoa?

34 ¿O ha intentado dios alguno tomar para sí una nación de en medio de otra nacióna, con pruebas, con señales y maravillasb, con guerra y mano fuerte y con brazo extendidoc y hechos aterradores1, como2 el Señor tu Dios hizo por ti en Egipto delante de tus ojos?

35 A ti te fue mostrado, para que supieras que el Señor, Él es Dios; ningún otro hay fuera de Éla.

36 Desde los cielos te hizo oír su voz para disciplinarte1; y sobre la tierra te hizo ver su gran fuego, y oíste sus palabras de en medio del fuegoa.

37 Porque1 Él amó a tus padres, por eso escogió a su descendencia2 después de ellosa; y personalmente3 te sacó de Egipto con su gran poderb,

38 expulsando1 delante de ti naciones más grandes y más poderosas que tú, para hacerte entrar y darte la tierra de ellos por heredada, como sucede hoy.

39 Por tanto, reconoce hoy y reflexiona en tu corazón, que el Señor es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay otroa.

40 Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientosa que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de tib, y para que prolongues tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios te da para siemprec.

Las ciudades de refugio

41 Entonces Moisés designó1 tres ciudades al otro lado del Jordán, al oriente2a,

42 para que huyera allí el homicida que involuntariamente1 hubiera matado a su vecino sin haber tenido enemistad contra él en el pasado; y huyendo a una de estas ciudades, salvara su vida:

43 Beser en el desierto, sobre la meseta, para los rubenitas, y Ramot en Galaad para los gaditas, y Golán en Basán para los de Manasésa.

44 Esta es, pues, la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel.

45 Estos son los testimonios, los estatutos y las ordenanzas que Moisés dio1 a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto,

46 al otro lado del Jordán en el valle frente a Bet-peora, en la tierra de Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbónb, a quien Moisés y los hijos de Israel derrotaron1 cuando salieron de Egipto.

47 Y tomaron posesión de su tierra y de la tierra de Og, rey de Basána, los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán hacia el oriente1,

48 desde Aroer, que está a la orilla del valle1 del Arnóna, hasta el monte Sión, es decir, Hermónb,

49 con todo el Arabá al otro lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del Arabá, al pie1 de las laderas del Pisga.

Capitulo 5

Los Diez Mandamientos

Entonces llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, oh Israel, los estatutos y ordenanzas que hablo hoy a vuestros oídos, para que los aprendáis y pongáis por obra1.

2 El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en Horeba.

3 No hizo el Señor este pacto con nuestros padres, sino con nosotrosa, con todos aquellos de nosotros1 que estamos vivos aquí hoy.

4 Cara a cara habló el Señora con vosotros en el monte de en medio del fuegob,

mientras yo estaba en aquella ocasión entre el Señor y vosotros para declararos la palabra del Señora, porque temíais a causa del fuego y no subisteis al monteb. Y Él dijo1:

6 «aYo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre1.

7 »No tendrás otros dioses delante de1a.

8 »No te harás ningún ídolo1, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierraa.

9 »No los adorarás ni los servirás; porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecena,

10 pero que muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientosa.

11 »No tomarás en vano el nombre del Señor tu Diosa, porque el Señor no tendrá por inocente a quien tome su nombre en vano.

12 »Guardarás el día de reposo para santificarlo, como el Señor tu Dios lo ha mandadoa.

13 »Seis días trabajarás y harás todo tu trabajo,

14 mas el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Diosa; no harás en él ningún trabajo, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el forastero que está contigo1, para que tu siervo y tu sierva también descansen como tú.

15 »Y acuérdate que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido; por lo tanto, el Señor tu Dios te ha ordenado que guardes el día de reposoa.

16 »Honra a tu padre y a tu madrea, como el Señor tu Dios te ha mandado, para que tus días sean prolongados y te vaya bien en la tierra que el Señor tu Dios te dab.

17 »No matarás1a.

18 »No cometerás adulterioa.

19 »No hurtarása.

20 »No darás falso testimonio …

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