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Romanos 8:14–18

14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Diosa, los tales son hijos de Diosb.

15 Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor1a, sino que habéis recibido un espíritu2 de adopciónb como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padrec!

16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritua de que somos hijos de Diosb,

17 y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristoa, si en verdad padecemos con Él a fin de que también seamos glorificados con Élb.

La gloria futura

18 Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser reveladaa.

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