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Mateo 26:52–54

52 Entonces Jesús le dijo*: Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerána.

53 ¿O piensas que no puedo rogar a mi Padre, y Él pondría a mi disposición ahora mismo más de doce legiones1a de ángelesb?

54 Pero, ¿cómo se cumplirían entonces las Escriturasa de que así debe suceder?

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